El Instituto de Estudios Ceutíes, fundado en junio de
1969, recibirá el próximo día 2 de septiembre el mayor
reconocimiento que otorga la Ciudad Autónoma, la Medalla de
la Autonomía, un galardón que se le ha concedido por ser “la
institución de investigación más importante de la Ciudad” ,
por la que “han pasado la mayor parte de las personas
dedicadas a investigar, en múltiples facetas, la realidad de
Ceuta y su entorno”. El reconocimiento a este organismo,
cuyos miembros trabajan todos de forma altruista, fue ya
reconocido en 2004, con el Premio de las Artes y la Cultura
de la Ciudad. El actual director del IEC, Simón Chamorro,
analiza la historia de esta entidad cuyo motor no ha variado
en estos 43 años: la pasión por investigar Ceuta “en el
sentido amplio”.
Pregunta.- Como director del Instituto de Estudios Ceutíes,
¿Qué supone para la institución este reconocimiento?.
Respuesta.- A nadie le amarga un dulce. Con esto quiero
decir que a nosotros, nos premien o no, vamos a seguir
trabajando igual, aunque el hecho de que la labor que
desarrolla el Instituto se vea recompensada de alguna manera
por este galardón. Los miembros del IEC trabajan de una
forma totalmente altruista, por tanto bienvenido sea el
galardón y trataremos de estar a la altura del mismo.
P.- Hablemos de los comienzos del Instituto, ¿cómo surgió
la idea de poner esta institución en marcha?
R.- La mayor parte de los miembros fundadores del Instituto
procedía el único instituto de enseñanzas medias que había
cuando se fundó, en 1969. Eran profesores de este centro
que, en medio de una época dorada de la enseñanza y la
cultura idearon este organismo.
P.- Vuestra función, a lo largo de los años, no ha
cambiado mucho.
R.- El IEC se dedica básicamente a tres cosas: fomentar la
investigación sobre Ceuta, en el sentido amplio de la
palabra, ayudando a quienes desean investigar o financiando
becas doctorales. Por otro lado está la divulgación de estas
investigaciones y en tercer lugar editar cualquier tipo de
libro que tenga que ver con nuestra labor. Desde nuestra
primera etapa, el Instituto tenía como obligación publicar
cada año una revista, que se llamó ‘Transfretana’, que en
latín significa ‘Al otro lado del Estrecho’. En ella
aparecieron los primeros trabajos de arqueología,
literatura... relacionados con el Instituto. A parte también
se publicaron monografías y se crearon unos premios de
literatura. También en la primera etapa se organizaba la
Sala Municipal de Arqueología, que fue el embrión del actual
Museo de la Ciudad, cuya primera sede estaba en los Jardines
de la Argentina.
P.- Volviendo a esa época ‘‘dorada” en la que se fundó el
IEC, ¿Qué circunstancias hicieron que germinara el
Instituto?
R.- En aquella época yo era alumno y no era consciente de
todo aquello, pero cuando salías del Instituto y te vas
fuera, te dabas cuenta del nivel que teníamos aquí. Ceuta
tenía mucho más nivel que otros que confluían por ejemplo en
la Universidad de Granada. He reflexionado mucho sobre este
tema, el porqué de ese nivel, porqué coincide en ese centro
personas tan válidas como los miembros fundadores del
Instituto... Uno puede pensar en momento histórico en el que
el franquismo dejaba paso a otro sistema de gobierno y eso
se notaba en las aptitudes de la gente. Pero a parte de las
aptitudes está el conocimiento. Poco antes, en torno al año
56-58 finalizaba el Protectorado español en Marruecos. Desde
el punto de vista cultural, España había creado centros
educativos en toda la zona norte y, a diferencia de lo que
hizo Francia, que mandó allí a los terceros del equipo, por
decirlo así, España en cambio mandó a sus primeros espadas.
Cuando ocurre el repliegue, y muchos de estos enviados
tuvieron que volver a la península, muchos de ellos pasaron
por Ceuta.
P.- Y dejaron huella.
R.- Estuvieron aquí mucho tiempo, algunos cinco o seis años,
otros incluso se quedaron. Creo que eso fue un momento
cultural muy importante para la ciudad.
P.- ¿Cómo verían ellos el alcance del Instituto, a día de
hoy, y recibiendo esta medalla?
R.- No se si es falsa modestia, y no debemos ponernos en
mente de nadie, pero creo que el Instituto pero sí ha ido a
más en cuanto a páginas publicadas y actividades de
divulgación. Por aquel entonces los presupuestos eran mucho
menores y las cosas han cambiado a mejor, aunque ahora en
materia económica ahora pasemos dificultades.
P.- ¿Cómo está afectado la crisis al Instituto?
R.- Como a todos, nos llega. No de manera grave, el
Instituto va a seguir funcionando, pero quizá no con los
niveles que hemos alcanzado en otros momentos.
P.- La mayor parte de vuestra financiación proviene de la
Ciudad Autónoma.
R.- Sí, pero parte también procede del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas y la venta de publicaciones.
P.- ¿Cuáles han sido, si es que los hay, los hitos del
trabajo del Instituto en estos casi cuarenta años?
R.- En cuanto a edición uno de ellos ha sido la publicación
de la Historia de Ceuta. También serían importantes las seis
ediciones del Congreso de Inmigración, Interculturalidad y
Convivencia. Las Jornadas de Historia, por supuesto, que
están ya a punto de cumplir su decimoquinta edición... y las
Jornadas de Medio Ambiente, que cumplen el próximo
septiembre la edición número 21.
P.- ¿Y vuestros desafíos de futuro?
R.- El investigador está marcado por sus propias líneas de
trabajo, y a nivel global tenemos un abanico muy amplio de
posibilidades. De cara a la celebración del sexto
centenario, el Instituto no va a pasar sin hacer nada. ¿De
qué forma? Todavía no está claro pero claro que interesa
celebrar que hace 600 años sucedió un hecho histórico que es
origen de la Ciudad Autónoma de Ceuta, además de otras
repercusiones que tiene el tema, como puede ser el comienzo
de la expansión Europea en ultramar, así como un momento en
el que se puede decir que se cumplen los 600 años de la
presencia Europea en África. Es decir, son cuestiones que de
alguna manera tendremos que tratar, aunque va a ser
complicado, porque el alcance de la fecha implica proyección
internacional. Hay que buscar a un equipo que tenga las
suficientes ganas de trabajar en el proyecto y encontrar la
financiación para ello. Todavía no deja de ser un deseo más
que otra cosa.
P.- Vuestro apoyo a la investigación, ¿os hace estar más
o menos cerca de la juventud, local o exterior, que antes?
R.- La verdad es que casi el 80% de las becas van a parar a
personas que están fuera de la ciudad, lo cual no es malo,
porque las investigaciones siguen siendo sobre Ceuta, aunque
hay veces que parece que son pocos los ceutíes que se
dedican a investigar sobre su ciudad. Ultimamente hemos
trabajado uno muy interesante sobre las corrientes marinas
en Ceuta que revela que el Puerto de Ceuta es el que tiene
mayor biodiversidad de todo su entorno. Una de las cosas que
nos presentaron fue un modelo oceanográfico de lo que ocurre
en el interior del puerto y cómo afecta. Pocos licenciados
ceutíes y con un trasfondo experimental tienen el bagaje o
instrumental necesario para llevar esto a cabo.
P.- Habrá muchas, pero ¿qué investigaciones le han
llamado la atención?
R.- Hay muchas, el caso que te cuento es reciente y
coincidió que pudimos traer al investigador para unas
jornadas divulgativas.
P.- ¿Qué tema le gustaría ver reflejado en un estudio que
no se haya llevado a cabo hasta ahora?
R.- Siempre hay temas sobre los que investigar. Quien está
en la enseñanza o la investigación sabe que estos temas
salen cuando salen, dependiendo de las circunstancias y el
trasfondo que permiten que un tema se trate. También pedimos
a los investigadores a los que becamos o ayudamos que
justifiquen el interés del tema para Ceuta y el nivel del
equipo investigador. Se tienen en cuenta muchas variables
desde el punto de vista científico. Entre otros temas se nos
presentó hace tiempo ya un trabajo muy interesante sobre la
música de la catedral de Ceuta. ¿Cómo se valora una idea así
a diferencia de la hidrodinámica del Puerto? A veces uno
tiene que apostar para ver qué sale de un tema con pocos
antecedentes o bibliografía anterior y lo hicimos.
Finalmente se publicó, aunque no hemos llegado a lo que
queríamos, que era transformar esos manuscritos en música.
Es decir, la investigación llegó hasta el final, pero a
nosotros y quien realizó el trabajo, José Antonio Gutiérrez,
seguramente también, nos habría gustado transformar las
piezas en sonido. Una primera prueba que hizo de sonido
quedó muy bien.
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