El hecho de que tras la reunión de
ayer en Madrid, en la que se pusieron sobre el tapete temas
cruciales para Ceuta, la ministra Ana Pastor, reciclada de
Sanidad a Fomento que viene a significar que domina muchos
temas, repito que la ministra Pastor haya anunciado su
visita a Ceuta es de por sí una noticia esperanzadora. Antes
que nada por su carácter de continuación y culminación de
los asuntos tratados en la jornada de ayer.
Esto viene a significar que el compromiso adquirido por
Fomento con respecto a Ceuta no se va a quedar en buenos
propósitos, amabilidad y a la postre “agua de borrajas” que
es una legumbre aragonesa, sino que Ana Pastor podrá
analizar durante su visita institucional y sobre el terreno,
la realidad que se trata de mejorar y de transformar para
que nunca y bajo ninguna circunstancia pueda paralizarse el
desarrollo y el crecimiento de Ceuta.
Causa, eso sí, un poco de acharo pasear a Ana Pastor por el
cochambroso escenario de la frontera del Tarajal, porque
tampoco se necesitaba disponer de los dineros que los
chupópteros catalanes se gastan en embajadas, para haber
sacado adelante “al menos” un plan de sintonización
cromática y pintar todas las construcciones del mismo color,
limpiar los arcenes y plantar una hilera de ficus para dar
sombra y buena apariencia estética al kilómetro y medio de
reciclaje de tercer a primer mundo de nuestra zona
fronteriza y, por cierto ¡No valen trucos! nada de dejar el
Tarajal solitario y con la acera relavada por haber dado
aviso a los de “la otra parte” para que no dejen entrar a
los porteadores por mor de no dar apariencia de desaliño
ante la ministra.
De eso nada. Ana Pastor tiene que ver una verdad que se
difumina mucho desde las moquetas de los despachos oficiales
y desde los coches con escoltas y si es mujer cabal se
parará en el barecito (el único barecito) que hay en la
acera del Tarajal junto a la agencia de cambio-change para
tomarse un café. Igual que se lo toman los policías y los
guardias civiles y el personal que pulula por allí ¿O es que
la ministra es más que ellos? Pues no. No lo es. Es una
buena ministra de Fomento, fue en su día una buena ministra
de Sanidad y suponemos que cuando gane el PP en la próxima
legislatura será una buena ministra de cualquier otra
materia. Ya se sabe que los ministros están para un roto y
para un descosido y saben de todo y sirven para todas las
áreas. ¿No fue Celia Villalobos una excelente ministra de
Sanidad cuando no estudió más que hasta el bachillerato? Es
que los minsterios imprimen carácter cómo el sacerdocio.
Pero lo más interesante es que, cuando cualquier ministro de
cualquier cartera recibe la visita de un Presidente o de un
cargo que “sí” domina la materia de la que está hablando
porque lleva años gastándose los codos y dejándose las
pestañas en su estudio, tengan la astucia de darle la razón
si se ve que la tiene, que lleva las lecciones aprendidas y
la tarea hecha. Y lo que se puede afirmar sin falsa modestia
es que quienes componen el Gobierno de esta ciudad se
caracterizan por su afán y dedicación a la hora de llevar
los temas preparados, las propuestas enjaretadas y los
proyectos hilados bien fino. Nada de improvisaciones ni de
“...¿Y de lo mío qué?” sino una labor minuciosa y bien
estructurada. En la primera ronda de conversaciones se han
recibido compromisos y cuando Ana Pastor gire su visita
esperamos que esos compromisos se materialicen en
realidades.
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