Treinta y cuatro años, son toda
una vida. Esa parte de mi vida, esos treinta y cuatro años,
fueron los que me pasé trabajando en la Cámara Oficial de
Comercio Industria y Navegación. Allí fui feliz al lado de
unos compañeros extraordinarios, Olivencia, Paúl y Manolo
Álvarez, a los que les tengo un gran afecto.
Las Cámaras de Comercio españolas, siempre han tenido un
gran prestigio a nivel internacional pero, al parecer, otro
organismo no veía bien que le quitara protagonismo cuando,
en realidad, no tenía protagonismo alguno a nivel
internacional donde sólo reconocían a las Cámaras.
Unas Cámaras que se alimentaban de las pequeñas cuotas de
sus afiliados, en las que por Ley tenían que aportar las
grandes empresas, una mínima parte de sus beneficios
anuales. O sea, para que ustedes se enteren, las
aportaciones de ese mínimo beneficio eran una auténtica
miseria.
El apoyo de las Cámaras a los pequeños y mediano
empresarios, que son los auténticos creadores de empleo,
aportándoles cuantos datos necesitaban para solucionarles
cualquier problema que tuviesen o cuantos datos necesitasen,
ha sido una constante de las Cámaras. Incluso, en ocasiones,
solucionándoles problemas que tenían que no eran competencia
de las Cámaras.
Las Cámaras, que conste en acta, no le suponían gasto alguno
al Estado, por eso me cuesta un enorme trabajo entender que
el gobierno de Zapatero, decidiese eliminar a las Cámaras de
Comercio, dejándolas desamparadas al hacer desaparecer las
cuotas que deberían pagar a las Cámaras sus afiliados y las
grandes empresas. Enviando con ello a miles de criaturas,
empleadas de dichas Cámaras al desempleo.
¿Podría ser qué en aquella reunión con los grades
empresarios, estos solicitasen del presidente el final de
las Cámaras. Objetivo por el que venían luchando durante
muchos años?. Sólo pregunto para enterarme, de una vez por
todas, por qué Zapatero tomó la decisión.
¿Podría ser qué en esa reunión, a cambios de la desaparición
de las Cámaras le hubiesen prometido, al presidente, la
creación de medio millón de puestos de trabajo. Cosa que, al
parecer, llevó al desempleo medio millón de parados más? Que
conste en acta, que sólo pregunto para saber la verdad del
asunto.
La Cámara de Ceuta, mi querida Cámara, sobrevive en los
momentos actuales a duras penas, y si Dios no lo remedia mal
final va a tener, lo que me dolería profundamente en el
fondo de mí alma, que una entidad con tanto prestigio
internacional y que tanto ha prestado su ayuda a las
pequeñas y medianas empresas, las que más puestos de trabajo
generan en éste país, termine desapareciendo.
La Cámara había creado una “ventanilla única”, con personal
especializado en la misma aportándole, a las pequeñas y
medianas empresas, cuantos datos necesitasen incluso para
crear empresas, recibiendo una pequeña subvención de la
Ciudad por ese trabajo. Pero la Ciudad decide crear en
Procesa esa “ventanilla única”. Una sociedad, Procesa, que
no tiene razón de existir pues fue creada para los fondos
europeos. Si ya no existen esos fondos por qué existe
Procesa. Pregunto
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