El perímetro fronterizo de Melilla encadenó el martes su
segunda noche consecutiva sin avalanchas de inmigrantes
gracias a la vigilancia intensiva que realizan desde el
domingo por la noche los helicópteros de la Policía Nacional
y la Guardia Civil. Anoche volvió a despegar en torno a las
21,00 horas, aunque al cierre de la edición no se había
producido ningún intento. El delegado del Gobierno,
Abdelmalik El Barkani, destacó “el inmenso trabajo
disuasorio” que está realizando el helicóptero, ya que cada
vez que sobrevuela la valla evita la acción de los cientos
de subsaharianos que esperan al otro lado para llegar a
Melilla.
Dos noches sin avalanchas ni intentos de entrada masiva a
Melilla. Es el balance de la actividad incesante de los
helicópteros de la Policía Nacional y la Guardia Civil, que
ayer cumplió dos madrugadas seguidas custodiando desde el
aire el perímetro fronterizo. A diferencia del lunes, el
helicóptero el martes no operó durante las horas diurnas, lo
que podría ser consecuencia de un alivio de la presión
migratoria que Melilla lleva sufriendo desde la llegada del
buen tiempo, y que alcanzó su punto álgido el pasado fin de
semana, cuando 450 inmigrantes intentaron saltar la valla y
otros 41 llegaron al Peñón de Alhucemas. El propio delegado
del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, ha destacado el
“inmenso trabajo disuasorio” que está realizando el
helicóptero, ya que la vigilancia aérea que realiza cada vez
que despega equivale a la ausencia de asaltos a la valla.
“Cada vez que está el helicóptero, por mucho movimiento [de
inmigrantes] que haya al otro lado, nunca intentar hacer el
salto”, aseguró El Barkani en una entrevista concedida al
programa Hora 25 de la Cadena Ser. Además de disuadir a los
inmigrantes, los helicópteros de la Policía Nacional y la
Guardia Civil permiten cuantificar la presión migratoria que
sufre Melilla, e incluso la actividad de los ‘sin papeles’:
“Las batidas del helicóptero permiten ver a núcleos de 20 a
30 personas mirando y viendo si tienen oportunidad de
acceder”, apuntó El Barkani, que avanzó que hay “un grupo
importantísimo de inmigrantes en la zona cercana a la
frontera, y otro importante número en un punto más alejado”.
Aunque el delegado no dio cifras de cuántos subsaharianos
podría haber en las zonas limítrofes marroquíes esperando su
oportunidad, ayer tanto El País como el portal digital Terra
cuantificaron la bolsa de inmigrantes en un millar. Terra
incluso fue más allá al apuntar de fuentes policiales que
podría haber “unos 2.000 jóvenes procedentes de más allá del
desierto del Sahel”. “Las mafias no los concentran a todos
junto a la valla, sino que los van acercando de forma
progresiva” para intentar el salto tras el Ramadán, dando
lugar a “un repunte en la actividad de las redes de
inmigración irregular”, aseguró dicho medio de comunicación
digital, cuyas fuentes policiales prevén que haya un nuevo
asalto masivo a la valla “antes del fin de semana”. El
Barkani, en su entrevista radiofónica, reconoció que este
mes de agosto se han producido “intentos incontables” por
parte de los inmigrantes para entrar en Melilla. Una
situación que “es solamente equiparable a lo que ocurrió en
2005”, año en que se produjeron las avalanchas que ahora,
siete años después, vuelven a revivirse.
Pese a todo, el delegado del Gobierno subrayó que pese a que
en los años anteriores el problema no haya sido tan grave,
“la alerta es constante porque sabemos que estamos en un
punto caliente de la inmigración ilegal y no podemos bajar
la guardia”.
Respecto a cómo se está afrontando la situación actual, El
Barkani destacó el refuerzo de medios que se ha dado gracias
a la presencia de un Grupo Rural de Seguridad de la Guardia
Civil (GRS), unidad de élite desplaza desde la Península,
que está especializada en el control de movimiento de pasas
y que “está haciendo una magnífica labor”.
Asimismo, insistió en la “magnífica colaboración” de las
autoridades marroquíes, ya que “sin su intervención habrían
conseguido entrar el doble o más” de los que lo han hecho.
No en vano, recordó que de los 300 inmigrantes que
protagonizaron el primer asalto masivo del fin de semana,
finalmente consiguieron su propósito sólo unos 50.
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