La parada de los camiones en las gasolineras de la avenida
del Puerto es un momento que algunos inmigrantes que esperan
esta oportunidad aprovechan para esconderse en ellos antes
de su embarque hacia la península. Aunque en otras zonas,
como la Planta de Transferencia, la situación se ha
controlado gracias a una mayor vigilancia, en estos puntos
los afectados, tanto transportistas como gasolineros,
detectan un aumento. “Hay que estar siempre pendientes”, se
lamentan.
Las gasolineras de la avenida Don Juan de Borbón son uno de
los ‘puntos calientes’ de la inmigración clandestina en la
ciudad. Ante el refuerzo de la vigilancia en otros lugares
donde los inmigrantes trataban de colarse en camiones con
destino a la península, como la Planta de Trasnferencia de
Residuos del Hacho, estos buscan otras posibilidades, y una
parada para repostar antes del embarque es un momento
idóneo.
Para la Guardia Civil, según explicaban fuentes oficiales a
este diario el pasado día 10, la interceptación de
extranjeros que tratan de ocultarse en vehículos es una
“constante” que se da “todos los días” en la zona de
preembarque y sus inmediaciones.
Pero los inmigrantes buscan la forma de burlar esos
controles, por ejemplo, aprovechando el momento en el que
los vehículos que se dirigen a embarcar repostan
combustible. Este diario fue testigo ayer de uno de estos
casos, que según los afectados, tanto transportistas como
gasolineros, se han intensificado. Un joven trepaba
literalmente por la caja de un camión para encaramarse a la
parte superior. “Hay camioneros que se han negado a salir de
la gasolinera hasta que no viniera la policía para comprobar
que no se había colado nadie; hay que estar todo el tiempo
pendientes”, relataba un testigo de esta situación.
Pero el tema de las competencias entre distintos cuerpos de
seguridad no ayuda a resolver estos problemas y más de una
vez han sido motivo de conflicto, como relataban las mismas
fuentes. Como terrenos del Puerto que son, la Policía
Portuaria tiene sus competencias, pero por otra parte, el
control de aduana y de vehículos corresponde a la Guardia
Civil. Además está la responsabilidad de la Policía Local en
materia de tráfico, al tratarse también de una vía urbana.
Entre tanto, y aunque hay focos que se han conseguido
controlar, como el de la Planta de Transferencia, lo cierto
es que esta peligrosa práctica continúa dándose y de hecho,
sólo en el caso de los residentes en el CETI se dan hasta
media docena de bajas no comunicadas al mes. A ellas hay que
sumar los intentos de los menores y de inmigrantes que viven
en las escolleras.
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