Lo digo porque en toda España
continúa el clamor contra la delincuencia y la pretensión
ciudadana que, de una puta vez y si no resulta demasiado
esfuerzo para los legisladores, que trabajan menos que San
Expedito que se pasó diez años en lo alto de una columna
predicando sin público, el anhelo ciudadano de que se
reformen las leyes, no logra opacarse ni con ajustes, ni con
recortes, ni con medidas de ahorro, ni con más exprimir a
las clases medias. Es más, la crisis unida al repunte de la
delincuencia, en su mayoría extranjera, cabrea aún más si
cabe a los españoles.
¿El problema? Sempiterno en el Partido Popular que suele
contratar cómo “asesores” a unos “lumbreras” muy amigachos
pero que necesitan meterse un chip en el cerebro con lentes
de seis dioptrías, como poco. ¿Es que no se dan cuenta de
que unas gotas de populismo ejercen de compresas de agua
fría y de bálsamo de fierabrás capaz de aliviar las
quemaduras del achicharrado pueblo español?.
Siempre que tengamos que caer en la pequeña tragedia de
llamar eufemísticamente “populismo” a lo que no son más que
políticas de resarcimiento y de compensación para unos
ciudadanos que lo están pasando muy mal y que necesitan su
miajita de árnica para seguir tirando. ¿Cuantos años se
lleva clamando por la reforma de una Ley del Menor que tuvo
como autores intelectuales al conejo de Alicia en el País de
las Maravillas y a sus colegas lepóridos? A esos y a David
el Gnomo cómo poco y sin ánimos de señalar con malas
intenciones a los cursis que, desde sus despachos con
moquetas confundieron a “menores” de dieciocho años que a
veces son auténticas fieras por trastornos bioquímicos del
cerebro y que tienen más patologías que los de “Mentes
criminales” con dulces corderillos ansiosos por ser
reeducados y reimplantados “en la buena senda”. Torpes e
ignominiosos legisladores ajenos a la realidad y más
ignorantes que mandados a hacer de encargo. ¿Son
reinsertables los crueles asesinos que violaron, torturaron,
quemaron y atropellaron a la jovencita Sandra Palo? ¿Y se
creen que a las fieras asesinas que necesitan más
psiquiatras que el doctor Aníbal el Caníbal van a “ser
reeducadas” con cuatro charletas con el psicólogo y cuatro
con la asistente social cuando lo que necesitan es un
diagnóstico de la patología que sufren y un tratamiento
psiquiátrico y neurológico en condiciones? ¿Creen que les
hacen un favor a los chicos que sean psicópatas, sociópatas,
bipolares o perversos no poniéndoles en tratamiento médico?
¿Para cuando Directores de Salud Mental entre catedráticos
de neurología y de psiquiatría en las Autonomías?
Tecnócratas por favor, y no el amigacho, ni el colega, ni
“el de toda la vida” nombrado a dedo para el cargo “por
darle algo” y que a su vez nombre a su médico de atención
primaria como asesor estrella por ser “muy buena
gente”.¿Ustedes saben cuantos asesores tenía Gallardón
cuando era alcalde de Madrid? Pues lo buscan en internet,
pero si cuando era un simple alcalde necesitaba al ciento y
la madre ahora que es ministro que es cargo con más
abolengo, lo mismo cuenta entre el contingente que aventuro
muy amplio con “alguien” que tenga los pies en la acera y
sepa y sienta lo que sienten las víctimas de delitos y “a lo
mejor” comprende que un módulo de menores de una prisión,
con su disciplina, sus normas, sus reglamentos y sus
funcionarios, es más práctico para reeducar a muchachos del
arco 16 a 18 años que “el centro”. La rebaja de la edad
penal a los 16 años supondría el descenso radical del número
de delitos cometidos por quienes hoy son considerados
“menores” a la hora de asumir las consecuencias de sus actos
y disuadiría así mismos a las mafias extranjeras que llevan
años importando a muchachos para delinquir amparándose en la
debilidad y la blandujería de nuestras leyes. ¿Qué país de
la UE anima a sus delincuentes a emigrar a España para
delinquir tranquilos? Y vienen, por supuesto.
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