Todos recordarán la fábula de “La
cigarra y la hormiga” y buscando similitudes se puede
calificar a nuestros sucesivos gobiernos de “cigarras”
mientras que los alemanes ejercían de laboriosas “hormigas”.
Y así les va y así nos va. Y nos sigue yendo porque ahora
los recortes vuelven a impactar en los medicamentos y en el
bolsillo de los ciudadanos, mientras que la falta de buenos
asesores que es congénita y siempre lo ha sido en quienes
nos gobiernan, no acomete con una reforma radical de la Ley
de Extranjería que facilite de manera absoluta los trámites
para la repatriación de esos extranjeros ilegales cuyos
“derechos a la sanidad primaria y en caso de enfermos
crónicos” se seguirán pagando con el sudor de la frente de
los contribuyentes. Y no se trata de conculcar derechos de
nadie, sino de seguir a las leyes del resto de Europa donde
los ilegales son retornados a sus países de forma automática
y sin excesivos requisitos. ¿Responsable? El pamplinero
ministro de Justicia que comienza arremetiendo contra el
aborto que no es ninguna prioridad y no ha sido capaz en
tantos meses de coordinar con Interior una política tanto de
repatriaciones de ilegales ni de facilitar el retorno de
tantos extranjeros que, sin trabajo ni medios de tipo
alguno, ni pueden renovar sus permisos de residencia ya que
carecen de trabajo, ni cuentan con medios para regresar a
sus países.
Empezar el ahorro por evitar gastos, pero nunca desproteger
a la ciudadanía con medidas tan miserables como escatimar
medicamentos. Ahora. Cuando salió en su día publicado como
determinados clanes rumanos acudían multitud de veces a los
ambulatorios e iban acumulando medicamentos para luego
revenderlos en su país. Abusos los ha habido todos y se han
consentido en honor a la moral de los “maricomplejines”
moral que ahora nos cuesta el que no se le pueda prescribir
un antiinflamatorio a un abuelo. ¡Precisamente a alguien tan
principal como lo es un abuelo español! Porque gracias a él,
a su abuelo y al abuelo de su tatarabuelo que lo mismo
anduvo por Méjico cuando nos trajimos el oro azteca, se ha
construido España. Y eso otorga, no ciertos derechos, sino
“todos” los derechos porque España es nuestra herencia
común, la que se han currado en guerras y en calamidades los
tatarabuelos de nuestros tatarabuelos y ya se sabe que quien
trata de meter mano en herencia ajena acaba denunciado ante
los tribunales.¿Se trata por lo tanto de recuperar el honor
al tiempo que el derecho a que nos dispensen gratuitamente
los remedios contra las hemorroides? Pues sí. Se trata de
que cambian los Gobiernos pero muchas veces permanecen
enquistados asesores que son reliquias de otros tiempos y
que no dan ni una. ¿Cómo el Arriola que gozosamente
pronosticó el triunfo total de Arenas en Andalucía si seguía
sus sabios consejos y los siguió y perdió, no ha sido capaz
de indicar que en todos los países, para mantener el sistema
financiero cuando se sube el IVA baja el IRPF para estimular
el consumo? ¿Cómo no le han dicho a Gallardón que aparque el
aborto y se lance a reformar extranjería y la Ley del Menor
que son temas de acuciante necesidad? Aquí se siguen viendo
cigarras y un cierto desbarajuste mientras que el alcalde
payaso pontificador de Marinaleda incurre en delito de robo
con violencia y en una prevaricadora decisión no se le
detiene, porque están demasiados empeñados en restringirnos
el ibuprofeno y dejarnos rabiando si tenemos un dolor y los
laxantes porque piensan que siempre será mejor una lavativa.
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