Unos cascotes, piedras -”suelen caerse”- o incluso un
atentado son algunas de las opciones que barajaron los
testigos en los primeros minutos tras producirse el suceso.
Un niño de doce años (aunque “parece mayor porque es muy
corpulento”, según explican los vecinos) cayó del ático de
un edificio de la calle Camoens, precipitándose sobre un
hombre que estaba desayunando. Eran las 11.10 horas y los
primeros momentos fueron de confusión entre los viandantes
que se acercaban hasta los heridos preguntando “qué ha
pasado” o asegurando que había sido “una bomba”. Entre los
tenderos de los negocios de enfrente, las dudas eran las
mismas. “Hemos escuchado el ruido y cuando hemos salido ya
estaba lleno de gente”, explicaban.
La altura del edificio -un ático situado sobre una sexta
planta, es decir, como un séptimo- era considerable, como
este medio pudo comprobar desde la misma distancia en el
edificio de enfrente. La Policía Nacional está investigando
el suceso. Los investigadores manejan todas las hipótesis
del suceso. Hace una semana, una vecina vio como al joven
-al que le dan ataques epilépticos, según confirma la gente
que lo conoce-, le dio uno de esos trastornos y tuvo que ser
ayudado por sus familiares.
Antecedentes familiares
El joven es hijo del que fuera dueño del bar ‘Planta Baja’
en su última etapa, y lo encontraron muerto hace unos años
-tres o cuatro según explicaban los conocidos- en el
interior de su local, al parecer tras haberse suicidado.
Óscar es un niño “muy tranquilo”, que juega al baloncesto en
la Inmaculada, según explican quienes le conocen, que
explicaron también que es hijo único por parte de madre y
tiene hermanos por parte de padre. Al parecer, según señalan
sus vecinos, la abuela salió un momento a comprar a la
carnicería cuando ocurrió el suceso, por lo que el portero
tuvo que abrir la puerta a la Policía.
Poco después regresó la abuela, que era la que se encontraba
con el niño momentos antes del suceso según explicó a este
medio, aunque prefirió no hacer más declaraciones. A la
señora tuvieron que darle unos tranquilizantes según explico
su vecina. Por su parte, la madre llegó minutos después de
que sucediesen los hechos. Subió a su casa e inmediatamente
volvió a bajar y fue trasladada en un coche de la Policía
Local al Hospital.
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