La rabia es mortal. Y la vacuna
contra la rabia, en humanos, es de todo menos una
experiencia agradable. Era cumplidamente sabido que en
Marruecos la rabia es endémica y que cualquier día podría
surgir, como así ha sido, un brote en Ceuta. ¿Extremar las
precauciones con las mascotas? No diré que la alerta
sanitaria sea innecesaria pero sí que los ciudadanos de
Ceuta, por lo general muy amantes de los animales, no suelen
dejar pasar las campañas antirrábicas y suelen tener muy
cuidadas a sus mascotas.
El auténtico problema son los animales callejeros. Y hago un
lapsus dirigido directamente al Consejero de Sanidad, doctor
Hakim: ¿Cuantas veces se ha clamado desde este diario en los
últimos años sobre la necesidad de ejercer un civilizado
control sobre las camadas de gatos callejeros? Porque nunca
hemos olvidado una moción del socialista Carracao
solicitando la esterilización de los felinos, cómo hacen en
otras ciudades y que pese a su condición de callejeros, se
encuentren obligatoriamente vacunados y alimentados en
condiciones con perolas de pienso y de agua, como en
cualquier país civilizado que cuida a su fauna autóctona.
¿Pueden creerse que el doctor Hakim aconsejó “no alimentar”
a los gatos y que se ponen multas? ¡Multas con los huevos!
Dejar morir de hambre a un animal equivale a un maltrato que
está previsto y penado en las leyes. Así que si existe
alguna cruel ordenanza que prohíbe alimentar a criaturas del
buen Dios es abiertamente ilegal ya que conculca lo
dispuesto en el Código Penal y las leyes penales son de
rango superior a reglamentos, ordenanzas y bandos.
Y precisamente mi deber ético de tratar de alimentar a los
felinos con pienso barato y recipientes con agua ha sido
largo motivo de discrepancia con el doctor Javier Carrillo
de Albornoz que me prevenía cómo médico del peligro de poder
ser mordida o arañada por un gato hambriento que estuviera
infestado, por estar todos descontrolados y no haber echado
cuentas a la humanitaria propuesta de Carracao para
controlar a la población gatuna y la que haya, ciudadana y
oriunda de esta ciudad, sea cuidada como corresponde a
europeos del siglo XXI ¿O es que somos salvajes? Lo extraño,
que en el fondo nada extraña porque hay el nivel que hay, es
que siendo Marruecos frontera con Europa nuestra Sanidad no
haya emprendido una campaña de apoyo a las autoridades de
Marruecos para que la rabia “no sea endémica” en nuestro
vecino. Y hablo con fundamento porque yo he vivido en
Marruecos en hasta los años 70 y allí menos la riqueza y la
prosperidad todo venía a “ser endémico” empezando por el
cólera. Todos los veranos había que ir a vacunarse a Melilla
y moría mucha gente en el campo. Pero Marruecos se ha
desarrollado, se ha modernizado, es una economía emergente y
el cólera y el tifus dejaron de ser endémicos mediante
actuaciones señeras y acertadas. Nunca les he hablado de las
vacunas contra el tifus “el piojo verde” que nos ponían en
la espalda a las niñas rifeñas?
¿Y no se consideraban endémicos los piojos hasta entrados
los años sesenta? Cualquier enfermedad endémica se puede
llegar a controlar poniendo los medios adecuados, podemos
tener a las mascotas de Ceuta con más vacunas que las madres
que las parieron pero no podemos evitar que se deslicen por
las fronteras perros o gatos con el virus. Ahora sí podemos
gastarnos los dineros con fundamento colaborando con la
Sanidad marroquí para conseguir erradicar la rabia del norte
de Marruecos, mediante la captura de animales callejeros y
las campañas de vacunación sobre el terreno. Si vencemos a
la rabia allá no podrá pasar para acá. Eso es actuar con
cabeza. Eso y el control exhaustivo de los animales
callejeros por más que le pese a Hakim. Porque más le va a
pesar si un gato enfermo ataca a un niño. Los animales que
estén que estén sanos, vacunados, cuidados y controlados. No
somos salvajes, estamos en Europa.
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