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sociedad - VIERNES, 10 DE AGOSTO DE 2012


Sulaiman, esperando la hora del rezo. m.g.

ramadán
 

Los adolescentes ceutíes viven con intensidad el Ramadán

Sulaiman, de 14 años, concluye su jornada en la Escuela Coránica para sumarse al rezo de las 14.30 horas
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Los musulmanes más jóvenes también viven con intensidad el mes de Ramadán. Y afirman que no les cuesta trabajo, sino que lo hacen con alegría, con el sentido de implicarse aún más en la celebración de un mes sagrado, dedicado al ayuno y a la instrospección. Sulaiman es un joven que, tras acabar con la lectura del Corán en la Escuela Coránica de Muley el Mehdi, asiste al rezo del mediodía.

En torno a las dos de la tarde, Sulaiman ha terminado su lectura del libro sagrado en la Escuela Coránica de la mezquita de Muley el Mehdi.

Tiene catorce años y desde que tenía nueve cumple con el cuarto precepto fundamental del Islám, el Ramadán.

“Me costó el primer día”, explica con sencillez el chico, sentado a la puerta de la mezquita mientras aguarda a que llegue la hora del rezo de las 14.30 horas, al cual no quiere faltar. Es evidente que después de estar leyendo el Corán, entiende que su obligación no sólo es con el cumplimiento del mes de Ramadán, sino que ya como un adolescente que es, más alto de lo normal para su edad, quiere participar como un hombre más en el rezo, como es preceptivo.

Después se ha ido habituando al cumplimiento del mes de Ramadán, como lo hace toda su familia, explica.

“Es un mes distinto, pero yo me noto normal”, responde cuando se le pregunta si percibe algún cambio en su organismo cuando cumplimenta el Ramadán, un tanto extrañado de la pregunta.

Sulaiman va todos los días a la mezquita, no sólo en el caso de que esté en el mes de Ramadán. Es un joven muy comprometido con su religión y eso le hace más fuerte. Un chico que, con sus enormes ojos verdes, siente la religión musulmana como una parte fundamental de su vida.

El caso de Lubna es distinto. Es una joven dicharachera, muy risueña, amable y gentil. Está un poco preocupada porque no puede cumplir con el precepto islámico del Ramadán, pero como explica con sencillez, el problema no es tal: simplemente está menstruando, con lo cual no puede cumplir con el precepto islámnico hasta pasados ocho días.

Ya los recuperará poco a poco, puesto que el Islám pone de manifiesto que en el caso de que una persona, por el motivo que fuere, no pudiera cumplir con el precepto, puede hacerlo más tarde.

En definitiva, los jmuslmanes de Ceuta viven cada uno el día a día del Ramadán bajo sus diferentes circunstancias, teniendo en cuenta el hecho de que todos, los casi 35.000 musulmanes que comparten la vida diaria en la ciudad, tienen sus propias circunstancias personales.

Como se ve, todos, de alguna u otra manera, cumplen con el cuarto precepto fundamental del Islám
 


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