Muchos musulmanes no se limitan a cumplir con el precepto
islámico de Ramadán durante el mes sagrado. En efecto,
personas de cierta edad también realizan ayuno durante los
lunes y jueves de todo el año. Mohamed Mohamed Al-Lal es uno
de ellos, un ceutí de pura cepa más que apreciado en la
ciudad, de 56 años, que se siente purificado en cuerpo y
alma con el Ramadán.
El mes de Ramadán es uno de los cinco preceptos
fundamentales de la religión islámica. Aunque es un
sacrificio personal, lo cierto es que la mayoría de los
musulmanes lo llevan con alegría y excepcional disposición.
Es el caso de Mohamed Mohamed Al-Lal, un hombre español más
que conocido y apreciado en Ceuta, que ha accedido a mostrar
públicamente su experiencia vital con el Ramadán y, por
ende, con el Islám.
Desde su perspectiva es un mes de “purificación”. En el
plano personal, tanto físico como espiritual.
Si se le pregunta cuánto le cuesta cumplir con el precepto
islámico del mes de Ramadán, Mohamed sonríe, como si no
supusiera esfuerzo alguno el ayunar durante todo un mes: “te
pones contento desde el primer día de guarda”, indica en
relación al primer día en que comienza el Ramadán. “Es al
revés, te sientes bien”, añade.
Desde su perspectiva, el Ramadán, el ayuno, le sienta bien
al cuerpo: “personalmente, yo me encuentro mejor. Todo
musulmán que cumpla el Ramadán se siente mejor.
Evidentemente es un sacrificio, no vamos a negarlo, pero te
sientes bien. Indudablemente es un orgullo hacer el
Ramadán”, indica Mohamed Mohamed Al-Lal.
Pero, desde su perspectiva, el mes de Ramadán no solo
significa ayuno, sino que especialmente es un mes que se
centra también en otro de los preceptos fundamentales del
Islám, el de la ayuda a los necesitados.
Pero, añade, “no hay que perder de vista la gran importancia
que tiene el rezo. No sólo con el Ramadán. Hay que cumplir
con el precepto del rezo no sólo durante el mes de Ramadán.
Hay que rezar con Ramadán o sin Ramadán”.
Así, pone de relieve con conocimiento de causa, el hecho de
que el rezo no sólo debe realizarse en las mezquitas cuando
es el Ramadán o en los viernes, día santo del Islám: “no
vale eso de que si te he visto no me acuerdo. Hay que tratar
de estar en las mezquitas y rezar en ellas”, explica.
Una de las obligaciones que Mohamed Mohamed Al-Lal se ha
impuesto a nivel personal -en este último año lo ha cumplido
a rajatabla- es ayunar lunes y jueves, aun no estando en
Ramadán.
“El Ramadan es para mí una obligación, como musulmán que
soy, pero también lo he venido haciendo lunes y jueves.
Realmente yo me encuentro mejor”, explica. Lo ha hecho
durante el último año y ya se ha acostumbrado a ello: “y lo
haré mientras dure”, explica con gracia.
Este ayuno voluntario de lunes y jueves lo hace “el musulmán
que quiere. Hay mucha gente que lo hace”, explica, tratando
de quitar importancia a su propio esfuerzo personal.
Cuando se le pregunta si le cuesta esfuerzo señala que en
absoluto. Ya lo tiene asumido como un hábito. De hecho,
“llega el lunes y el jueves y ya lo hago. No pienso en ello
el día anterior, no me preocupa. Sólo lo hago”.
Nunca se le ha olvidado cumplir con esta obligación que se
ha autoimpuesto: “de éso no me olvido”, explica sonriendo.
Mohamed es un hombre que se siente feliz y recompensado de
vivir bajo los preceptos islámicos y lo vive con orgullo,
pero sin ostentaciones.
“Deseo a todos los musulmanes que pasen un buen Ramadan
-concluye- y que nos comportemos bien con todo el mundo”.
Desde su perspectiva es muy importante “que nos cuidemos
todos. Éso es lo principal”, indica en relación no sólo a la
comunidad musulmana, sino a las relaciones con todas las
comunidades que comparten la vida diaria en Ceuta.
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