El consejero de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y
Barriadas, Gregorio García Castañeda, realizaba ayer un
balance “positivo” del operativo de limpieza desplegado
desde las siete de la mañana en el Real de la Feria. A las
13:00 horas daba por finalizado el “grueso” de estos
trabajos, a medida que avanzaba el desmontaje de casetas y
de los cacharritos.
Hacia las 13:00 horas de ayer, el Real de la Feria había
sido sometido ya a una primera limpieza “de choque”
progresiva, al ritmo al que se desmontaban las casetas y los
cacharritos. Para ese momento y según cálculos del consejero
de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriadas,
Gregorio García Castañeda, apenas quedaba ya un 10% del
desmontaje en ambos casos, por lo que su balance del
operativo era “positivo”.
Desde las siete de la mañana trabajaron en la limpieza 40
empleados de Urbaser, seis de Contenur y 12 pertenecientes a
una “brigada de intervención rápida” de Obimace. El mismo
número de personas continuaron la labor por la tarde y para
la noche se estableció un dispositivo integrado por 28
operarios. Las tareas incluyeron desde un primer momento el
acondicionamiento de los jardines, que estaban “muy sucios”
y se activó también el servicio de limpieza de las fuentes.
De ahí que pocas horas después de que la feria bullera con
toda la algarabía de la última noche, el “grueso” de la
limpieza, “incluida Marina alta y baja”, estuviera ya
terminado, destacaba el consejero. Este año, al acortarse la
feria se ha ahorrado en jornadas especiales de limpieza, lo
que ha permitido, según apuntó García Castañeda, un “pequeño
refuerzo” del servicio.
En “ocho o diez días”, una vez desmontado el alumbrado y
cuando se coloque el equipamiento deportivo, los bajos de La
Marina habrán recuperado su aspecto y funciones habituales.
Tal como informó el responsable de Medio Ambiente y
Servicios Comunitarios no ha habido que reseñar desperfectos
de importancia en el mobiliario urbano durante la feria.
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