En torno al Ramadán se ha escrito mucho, pero a nivel
científico son menos los trabajos realizados. En este
sentido,, existe un estudio realizado en Ceuta por parte de
varios profesores universitarios de Ceuta y Granada en torno
a los efectos del ayuno del Ramadán sobre la secreción de
gastrina en jóvenes musulmanes en edad escolar.
La gastrina es una hormona polipéptica segregada por las
glándulas pilóricas del antro del estómago y por las fibras
peptidérgicas del nervio vago. Pasa a la circulación y
provoca la secreción gástrica de pepsina y sobre todo de HCI,
de las enzimas pancreáticas y las contracciones del
estómago, del intestino y de la vesícula biliar.
El estudio, por tanto, es muy especializado. Fue realizado
por los profesores Jiménez Martín, Ramírez Rodrigo, Ruiz
Villaverde, Sánchez Carvaca y Villaverde Gutiérrez.
La muestra estuvo constituida por 17 varones sanos, sin
problemas gastrointestinales previos, seleccionados al azar
entre todos los alumnos voluntarios de centros de enseñanza
secundaria de Ceuta que practican el ayuno del Ramadán. Los
niveles hormonales de gastrina se determinaron mediante
radioinmunoanálisis.
El fundamento del estudio realizado por los profesores fue
la observación de que los cambios de hábitos durante el
Ramadán, obligan a importantes reajustes fisiológicos, para
mantener la homeostasis. El objetivo del trabajo fue
analizar el perfil secretor de gastrina durante el ayuno de
Ramadán en un grupo de musulmanes voluntarios, en edad
escolar (13 a 15 años).
Los resultados muestran una disminución significativa de los
niveles de gastrina al avanzar el período de ayuno, en
comparación con los de la semana previa y de los de la
primera semana de ayuno. Estos cambios pueden interpretarse
como una respuesta homeostática de adaptación a las nuevas
pautas de alimentación. Finalizado el tiempo de Ramadán, se
observó un incremento en los niveles de gastrina que
devuelve los niveles hormonales a similares a los
encontrados las semanas previa y primera del ayuno. Estos
resultados sugieren un perfil de secreción para la hormona
dependiente de la ingesta, que requiere un tiempo de
adaptación a la nueva situación.
La práctica del ayuno del Ramadán comporta importantes
cambios en los hábitos cotidianos de vida, especialmente en
los que se refieren a los ritmos de vigilia-sueño y
alimentación, que se ven modificados radicalmente,
realizándose tanto las comidas como la ingesta de agua por
la noche, con detrimento de las horas de descanso. Durante
el día, se restringe absolutamente la ingesta de agua y
comida, lo que suele durar entre 28 a 30 días. Los cambios
de hábitos durante el Ramadán obligan a importantes
reajustes fisiológicos, para mantener la homeostasis. Sin
embargo, las respuestas fisiológicas de esta práctica y las
posibles adaptaciones, dado lo prolongado del ayuno, no
habían sido suficientemente estudiadas. La muestra estuvo
constituida por un grupo de 17 varones sanos, sin problemas
gastrointestinales, seleccionados al azar entre todos los
alumnos voluntarios de centros de enseñanza secundaria de
Ceuta, que practican el ayuno de Ramadán. El rango de edad
fue de 13 a 15 años. Previamente se realizaron entrevistas
con profesores y padres, para informar de las
características del estudio y recabar las autorizaciones
correspondientes. El diseño de la prueba corresponde a un
modelo de medidas pareadas con muestras obtenidas siete días
antes del comienzo del Ramadán, tras la primera semana de
ayuno, el día 21 de ayuno y finalmente, una semana después
de acabado éste. En cada una de las fases se recogieron
muestras de sangre en condiciones basales, siempre a las
12,00 horas del día, por punción venosa antecubital, que
fueron convenientemente tratadas en el laboratorio.
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