Los expertos policiales suelen aconsejar de que en el caso
de que una persona sea amenazada con armas durante un
atraco, no se resista. Dé al atracador o atracadores lo que
ellos le exijan por la fuerza y trate de solventar la
situación de peligro lo antes posible, sin poner nerviosos a
los asaltantes.
Eso es lo habitual, pero hay ocasiones en las que las
personas reaccionan de una forma muy distinta, sacando de sí
mismas un valor extraordinario, que a veces la propia
persona desconoce que tuviera.
Podría ser el caso de María del Pilar R.V., una joven que
fue atracada tras salir de su trabajo el día 15 de mayo de
este año y circulaba andando por la avenida Virgen de
África. Eran en torno a las 01.45 horas cuando se le
aproximaron dos individuos, Brahim H., mayor de edad, y
Khalil E.H., menor.
Su acompañante en la sala de vistas donde se iba a celebrar
el juicio esta semana, bajo la jurisdicción del magistrado
titular del Juzgado de lo Penal número 2, un hombre de
complexión atlética, fuerte, explicaba que él no se hubiera
resistido en su caso, sino que hubiera entregado lo que le
hubieran exigido.
Pues bien, María del Pilar iba distraída intentando
localizar una de sus canciones preferidas con su aparato de
telefonía móvil cuando se le aproximaron los dos individuos
y le colocaron una navaja en el cuello, exigiéndole el
aparato telefónico. Lejos de hacerles caso, ella se guardó
en el bolsillo el móvil y se cruzó por el cuello la correa
del bolso que llevaba colgado en el brazo izquierdo.
Le dijeron que no se le ocurriera hablar, pero en vez de
ello, ella comenzó a gritar pidiendo auxilio, lo que
descolocó a los dos peligrosos delincuentes.
Los individuos siguieron exigiéndole que les diera lo que
ellos querían, pero ella comenzó a retroceder y a interponer
alguno de los vehículos aparcados entre su persona y los dos
atacantes.
Éstos continuaron persiguiéndola agazapándose entre los
vehículos, sin dejar de aproximarse a la mujer, que había
conseguido imponer cierta distancia con sus perseguidores.
La fortuna se alió con María del PIlar, ya que finalmente,
al doblar una esquina, se encontró con una patrulla policial
que acudió en su auxilio y que logró finalmente no sólo
ofrecerle seguridad a la víctima, sino que al tiempo
pudieron detener a los dos individuos armados.
Dado que uno de los atacantes es menor de edad, su caso se
está llevando paralelamente por el Juzgado de Menores.
Sin embargo, esta semana iba a ser el juicio contra Brahím
H., el mayor de edad.
Ya en los calabozos policiales del edificio Ceuta Center,
donde permanecía custodiado hasta que le llegara el turno de
situarse en el banquillo de los acusados, comenzó a montar
“el numerito”.
En efecto, comenzó a golpearse la cabeza contra la pared del
calabozo, por lo que fue controlado eficazmente por los
agentes policiales que lo estaban custodiando y que
finalmente lo llevaron hasta la sala de vistas. El juez ya
había sido advertido de la actitud hostil del acusado. Entró
en la sala lloriqueando, esposado, y vigilado muy de cerca
por dos expertos y profesionales agentes del Cuerpo Nacional
de Policía.
Como se diera la circunstancia de que algunos de los
testigos que habían sido citados a declarar no se
encontraban presentes en el momento en el que se iba a
iniciar la vista oral, el juez decidió la suspensión de la
vista, que finalmente se celebrará el próximo día 6 de
noviembre, a las 10.30 horas.
En todo caso, Brahim volverá a prisión, que es donde se
encuentra desde que supuestamente intentó atracar a la
valiente mujer.
Desde el Ministerio Fiscal se le va a solicitar un año y
nueve meses de prisión por un delito de robo con violencia
en grado de tentativa. A esta petición se le unirá otra de
un año por tenencia ilícita de armas, así como una multa por
lesiones.
Aunque las lesiones no fueron físicas, lo cierto es que
María del Pilar sufrió secuelas psicológicas, en forma de un
shock postraumático tras ser víctima del intento de atraco.
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