PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 2 DE AGOSTO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Corra el vino y reine la alegría en las fiestas
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Desde hace muchos años, sin necesidad de remontarme a las animadoras de baloncesto en Estados Unidos, a quienes nos gusta este deporte hemos podido disfrutar también de un grupo de jóvenes muy preparadas físicamente y que saltan, bailan y se atreven con coreografías musicales que llaman la atención, antes de que comiencen los partidos y en sus descansos.

En cierta ocasión, tuve la oportunidad de preguntarle a un preparador físico, muy amigo, si esas mujeres trabajaban en el gimnasio tan duramente como se me había dicho. Y su respuesta fue la siguiente: trabajan lo indecible y acometen los esfuerzos con enorme entusiasmo. Es más, te puedo asegurar que le dedican a la preparación tres o cuatros horas diarias.

Quise saber si las animadoras eran elegidas entre féminas de rostros más que agraciados y en posesión de un cuerpo esbelto y bien tonificado, conocido popularmente por cuerpo danone. Y me contestó así: no hace falta ser muy listo para saber que casi todas ellas proceden de escuelas de baile y de gimnasios donde llevan muchos años ejercitando el cuerpo. Y, si encima, son mujeres espectaculares, miel sobre hojuelas. Pero no existe la menor exigencia acerca de que sean guapas de romper moldes. Basta con que presenten un esqueleto trabajado y capacitado para la tarea encomendada.

Pues bien, creo que fue en el verano de 2009, durante el mes de julio, que la selección española de baloncesto se concentró en el complejo deportivo y hotelero de Bahía Sur en la localidad gaditana de San Fernando. Con el fin de adiestrarse para una competición europea. Y, claro, jugaron un partido de preparación en la Isla de León. Y los organizadores del partido tuvieron a bien darle la oportunidad de lucirse a un grupo de animadoras aficionadas de la provincia. Y, con todos mis respetos para aquellas chicas, cada vez que actuaban dejaban ver que no habían nacido para ganarse la vida como animadoras en pistas de baloncesto. Bueno, ni en pistas de baloncesto ni en ningún otro sitio. Vaya la razón: no reunían las condiciones físicas precisas y se les notaba a la legua que no estaban ejercitadas. Incluso comprendí que movían a la risa. En suma: no contaban con los requisitos debidos para convertirse en profesionales de la cosa. Es decir, artistas capaces de divertir a la concurrencia que se había dado cita en el recinto deportivo.

Se nos viene diciendo, a modo de queja, que las mujeres, en este caso no hablamos de los hombres, más guapas gozan de mejores oportunidades a la hora de conseguir un empleo que las menos agraciadas, en igualdad de condiciones. Y hasta con menos conocimientos del trabajo a que aspiren. Lo cual es algo que hay que poner en cuarentena. A no ser que la exigencia del empleo radique en poseer una figura que se meta por los ojos de las personas a las que la mujer deba atender.

Las mujeres que han de atender a las personas invitadas a un vino, máxime en una feria, además de ir ataviadas con el traje regional correspondiente, han de saberlo lucir con garbo y han de estar tan bien físicamente como exigible sería que supieran expresarse como cualquier relaciones públicas. Si es así, si las veinteañeras contratadas para servir manzanilla en una caseta de la Feria cumplen con tales requisitos, la denuncia de ‘sexismo’ por parte de Caballas debe ser considerada como la opinión de dos chiquilicuatres a los que no hay que hacerle ni caso. Dicho queda.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto