Un presupuesto de 335.000 euros para el Consejo Económico y
Social, ya dijimos semanas pasadas que supone un dispendio
exagerado en época de crisis económica y, como tal, así lo
han entendido en el cónclave del PP presidido por Mariano
Rajoy en Génova. De allí salieron los “barones” del PP con
el mandato de suprimir estos organismos a nivel nacional,
conscientes que no dejan de ser una pantalla para refrendar
sus propuestas y, conscientes también de su nula
independencia a la hora de pronunciarse, cuando a quienes
tienen que conminar es precisamente a quienes les nutren
económicamente. ¿Con qué libertad se puede emitir un informe
o dictamen, medianamente comprometido, para el jefe cuando
es éste quien proporciona los dineros para el funcionamiento
y sueldos de quienes participan de esos pronunciamientos? Es
obvio que la nimiedad es evidente y que la inoperatividad
del CES, un hecho al que han llegado los sesudos “barones”
del PP.
Se trata de ahorrar ni más ni menos que 335.000 euros
anuales en un capítulo absolutamente prescindible: los
sueldos de quienes allí trabajan a cargo de los impuestos de
todos nosotros. Unos gastos correspondientes al capítulo I
de personal por una cuantía de 246.730 euros y que equivalen
al 75% del presupuesto. De forma que una vez descontado los
sueldos del total del Presupuesto sólo quedan para
funcionamiento 88.270 euros.
Organos institucionales no estatutarios como el CES se ha
demostrado que sobran, y el compromiso de todos los
“barones” del PP ante Mariano Rajoy ha sido el de su
eliminación. Sin embargo, tanto el PP a nivel nacional como
el propio grupo Caballas, llegan tarde, ya que fue este
periódico quien apuntó, con razonamientos económicos, hace
varias semanas, que el CES era prescindible. No se sostiene,
desde un punto de vista lógico y austero, que se mantenga un
organismo de estas características.
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