La EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) lleva ya
un mes funcionando en pruebas. Dos colectores, el que viene
por la bahía sur y el que procede de la bahía norte, se unen
a la altura de la Comandancia General de Ceuta para subir a
San Amaro, donde se encuentra la EBAR (Estación de Bombeo de
Aguas Residuales). Ambas están ya funcionando, aunque en
pruebas hasta finales de año. El director técnico de Acemsa,
Juan Manuel Sánchez, y varios trabajadores de la EDAR, el
técnico Jorge Martínez y la química Marina Pérez Bernet,
enseñan a EL PUEBLO el funcionamiento de la estación, en una
visita por las instalaciones. La empresa municipal Acemsa es
quien está controlando el correcto funcionamiento de las
obras de la depuradora, pero es Acuasur (Asociación de las
Cuencas del Sur) de quien depende su marcha.
La depuradora está preparada para tratar 30.000 metros
cúbicos de aguas residuales al día, está sobredimensionada
en previsión al posible crecimiento de la población;
actualmente depura entre 13.000 y 14.000 metros cúbicos,
aunque hay épocas en las que se prevé más consumo, como los
cinco días de Fiestas Patronales. La equivalencia, según
informa Acuasur, es dar servicio a una población equivalente
a 194.500 habitantes.
Una de las ideas proyectadas, según explica Sánchez, es que
la playa de San Amaro quede liberada como zona de recreo,
después de que tiren el edificio que actualmente se ubica
allí.
Al lado de la EBAR se amontonan en bidones telas y residuos
que se han extraído de las aguas. De todas las zonas se
obtienen residuos de este tipo. No son las zonas más
periféricas las que más basura acumulan, sino desde todas
partes a través de ambos colectores. Aproximadamente se está
extrayendo un metro cúbico de trapos cada día en el tiempo
en que llevan en pruebas, según explica Sánchez.
La Estación de Bombero impulsa el agua, ya sin los residuos
más gruesos, hacia Santa Catalina. La estación alberga “tres
más una” bombas de bombeo de aguas pluviales y otras tantas
de aguas residuales. “Tres más uno” hace referencia, según
resalta Sánchez, a que habitualmente se utilizan tres bombas
y existe una de repuesto. Las cuatro se van alternando en
estas funciones.
La depuración
La EBAR dispone del primero de los equipos de
desodorización, maquinaria cuya función es eliminar los
olores. Aunque en estos momentos el proceso de la EDAR es
oloroso, desde la estación explican que una vez se normalice
el procedimiento y siempre que se cumpla con lo establecido,
quedarán eliminados los olores. Funcionará, según está
previsto, de una manera muy mecánica.
Los técnicos calculan que en octubre estarán ya todos los
parámetros adecuados, aunque no será hasta finales de año,
cuando finalice el periodo de pruebas, cuando la EDAR pasará
a ser controlada por la Consejería de Fomento e Industria,
que preside Susana Román.
Una vez, la EBAR bombea el agua hasta la EDAR el primer
proceso al que esta se somete es al de desarenado o
desengrasador. Las piscinas de agua se llenan y los sólidos
se quedan estancados en las rejillas creando fangos. El agua
comienza sí su proceso de depuración.
El siguiente paso es una decantación primaria, que después
pasa al proceso llamado reactor biológico. El agua, más
transparente, continúa después en un reinto de decantación
secundaria. Viene más depurada y los fangos se han quedado
atrás.
Se trata, en este último paso, de iniciar un tratamiento
terciario. Consiste en limpiar el agua que se extrae con
luces. Ese agua, que no es potable, se puede utiliza para
riego de jardines, baldeo de calles y otros usos de la
ciudad. La parte restante desemboca en el mar.
Mientras, los fangos se acumulan y se secan y la idea es que
se terminen llevando al vertedero de Residuos Sólidos
Urbanos (RSU), aunque de momento es la entidad
medioambiental Ecoceuta quien lo gestiona.
La inversión total del equipamiento asciende a 26 millones
de euros, presupuesto en el que está incluida la Estación de
Bombeo de San Amaro. En concreto, la EBAR ha tenido un coste
de 3,7 millones de euros. Por su parte, la inversión de la
depuradora asciende a 22,3 millones de euros, cofinanciados
por el Fondo de Cohesión de la Unión Europea, así como por
el Gobierno de la Ciudad.
“Conseguir que, prácticamente, no haya residuos que se vayan
a vertir al mar supondrá un gran avance para Ceuta a nivel
medioambiental, además de que se pasa a cumplir la normativa
nacional en esta materia”, explica el director técnico de
Acemsa.
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Un tratamiento biológico para depurar las aguas de Ceuta
El técnico Jorge Martínez y la
química Marina Pérez Bernet explican cómo funciona el
tratamiento biológico con el que depuran las aguas
residuales de Ceuta. Consiste en crear unos microorganismos
que depuren el agua. No es un proceso, en primera instancia,
químico, ya que no se le echan productos de esa índole, sino
que es un trabajo biológico. La prueba de ello es la espuma
que aparece durante este procedimiento. Su presencia
significa que está funcionando de manera adecuada. Es un
proceso continuo, que se desarrolla en varias fases, por
etapas. Una vez pasa de la EBAR a la EDAR empieza un proceso
de desarenado, después una decantación primaria, un reactor
biológico que es la fase que estamos analizando, una
decantación secundaria y un análisis final antes de
utilizarse o desembocar en el mar. El procedimiento depende
además del caudal, no se trabaja igual si trae más cantidad
de agua o menos. El aire está debajo y provoca que el agua
suba y se cree la espuma. En esta fase no son necesarios los
productos químicos, es suficiente con que haya oxígeno y con
que el agua esté en circulación. En la fase final sí que se
le hace un tratamiento de luz.
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