LUNES 23.
Hace dos veranos, en el jardín del Hotel Parador La Muralla,
cuyo microclima invita a disfrutarlo, se me presentó la
oportunidad de conocer a José Muñoz Ragel: ceutí que
lleva muchos años viviendo en Alcalá de Henares. Y a partir
de ese momento, nuestras conversaciones estivales fueron
tantas como pasadas por agua en un rincón de la piscina
donde nos era posible hacer pie. Así me expresé yo en el
primer párrafo de la columna que le dediqué en abril al hijo
de don José. Debido a que éste había escrito un libro cuya
presentación obtuvo muy buenas criticas por parte de la
prensa madrileña. José Muñoz, que así se llama el autor de
‘La tierra dividida’, tuvo a bien enviarme un ejemplar que
me he leído de un tirón. Y que recomiendo a quienes gustan
los textos bien escritos. Pues bien, hoy nos hemos vueltos a
ver en el mismo sitio y a la misma hora. Esa hora vaga de
mediodía en la que cunde la charla mientras procuramos
eludir el calor mediante los baños correspondientes. José
Muñoz Ragel es tan buen conversador como para que uno
procure acudir presto a reunirse con él en el jardín del
Hotel Parador La Muralla. Así que hoy he aprovechado la
ocasión.
Martes. 24
En algunas tertulias televisadas, debido a los tiempos que
corren de incertidumbre económica, se ha recordado el
Tratado de Versalles (1919). Aunque se ha hecho como pasando
de puntillas por un momento cumbre de Europa y que, tras
acabar la Primera Guerra Mundial, comenzó a germinar la
semilla de la discordia que dio origen a la segunda
contienda. El Tratado de Versalles se llevó a cabo durante
seis meses que cambiaron el mundo. Y hay un libro: París,
1919, escrito por Margaret Macmillan, que es una
joya. En él, en el libro de marras, se puede leer el
apasionante y pormenorizado relato de unas negociaciones en
que se decidía sin compasión el destino de las más diversas
naciones. París, 1919, Seis meses que cambiaron el mundo, es
el libro que debe leer todo político que se precie. Puesto
que es fundamental para entender los conflictos del siglo
pasado y descubrir la cara oculta y poco amable de la
diplomacia internacional. Creo que fue, si mi memoria no me
falla, José Antonio Griñán, presidente de la
Comunidad Andaluza, quien, hace ya varios años, recomendaba
su lectura. En esa conferencia de paz en París, Alemania fue
sometida a un duro castigo. Tan duro que dio origen al
nacimiento del nazismo. Con eso queda dicho todo. Oído al
parche.
Miércoles. 25
A mí me parece muy bien que la gente se manifieste. Que
salga a la calle a mostrar su descontento contra los
políticos y contra las medidas que estos vienen tomando en
contra de la clase media y de los más pobres. Creo que ha
llegado el momento de gritar a voz en cuello que ya está
bien de que siempre paguen los de siempre. Tras habérselo
llevado calentito los gobernantes, sindicalistas, banqueros
y empresarios de alta cuna. Policías y bomberos han decidido
echarse a la calle para decir al Gobierno local que están en
desacuerdo con las medidas laborales adoptadas contra ellos.
Tras recorrido corto, por calles céntricas, suelen situarse
frente al edificio del Ayuntamiento. Y gritan cuanto creen
oportuno. Repito: tienen todo el derecho del mundo a
expresar sus quejas. Ahora bien, lo lamentable es que se
aprovechen de la situación para tirar cohetes y petardos de
verdad, de los buenos, para que todo el pueblo sepa que
están defendiendo algo que les concierne. La cuestión es
hacer ruido. Lo cual no es de recibo. Máxime si quienes se
comportan de forma incívica son las personas encargadas de
defendernos, precisamente, de semejante comportamiento.
Cohetes y petardos son peligrosos. Ruidosos. Y no es la
primera vez que su uso acarrea desgracias. Bramen cuanto
quieran policías y bomberos ante la puerta del Ayuntamiento.
Pero no olviden que haciendo uso de la pirotecnia pierden
ustedes el aprecio y la comprensión de innumerables
ciudadanos.
Jueves. 26
Me tropiezo con Juan Antonio García Ponferrada a la
altura del Hotel Tryp. Falta nada y menos para que el reloj
marque las dos de la tarde. Aprieta el calor. Lo cual nos
obliga a buscar cobijo en sitio donde la sombra se enseñorea
del lugar. Y decidimos pegar la hebra. Pegar la hebra
traducido a palabras pobres significa entablar conversación.
Exponer coloquialmente algunos de los temas que nos
inquietan, nos interesan o nos divierten. Juan Antonio es
persona de fiar. Por tal motivo, a mí me cuesta nada y menos
hablarle a tumba abierta. Ya que son muchos años de amistad
y, por qué no decirlo, de encontronazos por disparidad de
criterios. Aunque siempre, después de los desacuerdos,
supimos decir que pelillos a la mar. Y lo hicimos cuanto
antes. En el menor tiempo posible. Para que nuestra disputa
no tuviera la menor oportunidad de hacer mella en nuestras
relaciones. De ahí que hayamos hablado, durante unos
minutos, de las personas que se alimentan del rencor. El
rencor es tóxico. Y daña a quien hace uso y abuso de él. El
rencor acorta la vida. Creo que esta conversación la tuve yo
con Juan Vivas en su día. Aprovechando la oportunidad
que me ofrecía una entrevista que le hice. En suma: que me
lo he pasado la mar de bien con García Ponferrada. Quien,
antes de despedirnos, me ha celebrado la memoria que tengo.
Si él supiera…
Viernes. 27
Lucas Artesero lleva muchísimos años trabajando en el
Hotel Parador La Muralla. LA es maître del establecimiento.
Y piensa a cada paso cómo sería posible que Ceuta fuera el
centro de atención de un turismo que tanto se echa de menos.
Un turismo peninsular al que habría que conquistar por medio
de ofertas de viajes apetitosas. Nada más verme, lo primero
que me ha dicho es que tiene en la cartera un recorte de
periódico que desea entregarme. De modo que en un amén lo
tengo ya frente a mí con él en la mano. El recorte de
periódico pertenece a un medio escrito de Palma de Mallorca.
Aunque ni contiene la cabecera ni tampoco la fecha en la que
fue publicada la noticia. Y cuyo titular es el siguiente:
“Más de 18.500 pasajeros de Balearia viajan con su coche
gratis a bordo. 18.550 personas que se han acogido a la
oferta ofrecida por Balearia a principios de febrero para
viajar con el coche gratis a bordo en cualquiera de las
líneas que la naviera opera en las Baleares, excepto en la
de Ibiza-Formentera. La oferta que ha tenido mucho éxito
sobre todo en las líneas Dénia-Palma, Barcelona-Menorca e
interistas, permitía reservar en cualquier acomodación,
incluidos los días de Semana Santa y verano. Las únicas
restricciones eran comprar billetes para dos adultos como
mínimos y antes del 29 de febrero. Una de las ventajas de
viajar en barco es que permite a los pasajeros viajar con su
propio vehículo, con las facilidades que ello supone. Por
llevar el equipaje embarcado desde casa y también para
trasladarse una vez se llega al destino. En este sentido,
este año, Balearia embarcó unos 475.000 vehículos. He aquí,
pues, reflejada la nota que me ha proporcionado Lucas
Artesero. Quien arde en deseos de ver cómo las autoridades
de esta tierra estimulan a las navieras para que éstas hagan
posible que los peninsulares vengan hasta aquí.
Sábado. 28
Muy de mañana leo lo tuyo. Lo que nos tiene que ocurrir a
todos. Aunque tú te has ido muy pronto. Si bien te sobraba
ya madurez a raudales para analizar las situaciones
despojándola del molesto absolutismo. Ese que a veces nos
ciega a todos y nos convierte en seres distintos a los que
realmente somos. Mira, Armando, tú tenías veintipocos años
cuando nos presentaron. Y a partir de entonces raro era el
día en el cual no charlábamos de fútbol, de qué otra cosa
iba a ser, hasta por los codos. Muchas veces, cuando yo
acudía al José Benoliel, allí estabas tú presenciando
partidos de cualquier categoría local. De ahí que te
conocieras al dedillo vida y milagros de todos los
futbolistas de esta tierra. La tuya. Mira, Armando, quiero
decirte que tampoco se te daban mal los despachos. En los
que realizabas esa tarea bien hecha que corresponde a un
secretario general; cargo que tú desempeñaste en ocasiones.
Aunque lo que a ti más te agradaba era ponerte muy cerca del
terreno de juego para vivir intensamente las evoluciones de
los contendientes. El azar quiso que un día coincidiéramos
los dos en la misma empresa. Y nuestras relaciones eran muy
buenas. Incluso no pocas veces me pasaba yo por tu despacho
para intercambiar comentarios de actualidad. Mira, Armando,
aún no sé, ni me importa, quién envenenó nuestra amistad.
Pero sería absurdo negar que, desde que decidí jubilarme y
abandonar la empresa, jamás volvimos a cruzar palabra
alguna. Algo que siempre lamenté. Ya que los hombres cuando
se retiran el saludo es que tienen un malestar latente. Y
bien que lo siento. Armando Fernández ha muerto. Y su
muerte deja un gran vacío en la vida local. Y el fútbol de
los modestos pierde un gran valedor. Su fatalidad, me ha
impresionado.
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