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OPINIÓN - SÁBADO, 28 DE JULIO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

PGOU de Ceuta ¿Una apuesta por
el respeto medioambiental?

 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Lógico el salvaguardar en el PGOU los auténticos pulmones verdes de Ceuta como son García Aldave y el Monte Hacho, aunque el proyecto de construcción de “600 viviendas” tiene que realizarse de manera muy meditada ya que si la ciudad quiere aunarse al calificativo de “destino turístico” lo que van a hacer falta son apartoteles, apartamentos de alquiler e infraestructuras capaces de satisfacer a los visitantes y hacer de este lugar un enclave atractivo para vacacionar. De hecho la espectacular e inexplotada zona de Benzú, para mí personalmente la más hermosa de Ceuta, podría convertirse de la mano de inversores extranjeros en una franja costera de auténtica categoría con algún hotel, construcciones singulares al estilo meridional de la griega Santorini, mucho chiringuito chill out de gran lujo a pie de playa ¿Y por qué no? Hasta un “Billionaire” como el que Flavio Briatore acaba de inaugurar en Marbella encargando la gestión al joven Giancarlo Cultrera, hijo de mi maestro de literatura desde hace un cuarto de siglo,el aristócrata siciliano, coleccionista de arte y escritor Felice Cultrera.

El gran lujo atrae a un turismo elitista y no a muertos de hambre con la sandalia y el calcetín blanco y que no se gastan ni en comprar un segundo botellín de agua porque se compran el primero y luego se pasan la estancia en España rellenándolo en los grifos de los lavabos. Para turismo de botellón, fiestones y meadas en las calles mejor nos quedamos cómo estamos. Pero sería una lástima porque precisamente la mágica zona de Benzú donde la energía vigorizante y telúrica de “la mujer muerta” se palpa en el salobre aire atlántico, bien urbanizada con el concurso de paisajistas podría competir con la propia Costa Esmeralda y convertirse por su belleza en un imán para el turismo con mayor capacidad adquisitiva del mundo, que es el turismo gay.

¿Recuerdan ustedes la cochambre que era Torremolinos? Pues vayan a verla ahora, reflotada gracias al exquisito turismo gay, al igual que Sitges. ¿Problemas? Que es un tipo de visitantes muy exigente, no miran los precios pero van buscando lo mejor a nivel servicios de playas, hostelería, alojamiento y shopping. En Sitges han convertido al pueblo en un emporio de riqueza, con el aliciente de que no hay riesgo ni de fiestones, ni de salidas de tono tipo “turismo inglés de borracheras” ni de alteración del orden por las juergas, muy por el contrario priman el buen ambiente y el mejor tono. La costa de Benzú y el aliciente de “nuestro Perejil” que es un punto delicioso de la geografía española e ideal para un “Nikki Beach” absolutamente idílico y muy superior al de Marbella. ¿Y que problema hay? La costa y las playas están, metros cuadrados hay, la contaminación no existe y las aguas son cristalinas, se cumplen los requisitos con el plus de que se van a respetar las preciosas zonas verdes y boscosas de esta ciudad y encima Carlos Chocrón, el joyero renacentista, sigue con su proyecto de lograr el gran jardín botánico del sur de Europa (con un parque de mariposas y una estatua en bronce del Principito y del zorro Renard). Tan solo hay que sentarse a reflexionar sobre lo que queremos que sea la Ceuta del futuro, si un cutrerío y un pobretonerío, o un polo del turismo de lujo con la consiguiente creación de cientos de puestos de trabajo en el sector servicios y de paso una escuela de Hostelería de alto nivel en convenio con alguna alta escuela suiza para formar a directores, maitres, sommeliers, camareros de alto standing, chefs de cocina. ¿Y por qué no un Billonaire? De hecho no es tan, tan caro, entrar de pie a tomar una copa son 20 euros por coca cola, ahora si te sientas la mesa son 1000 euros más una botella de whisky a repartir, luego lo que se tome de más es aparte. Lo cierto es que parece más factible el conseguir algún inversor extranjero de categoría que tratar de montar aquí fábricas para hacer coches eléctricos, porque en eso los chinos nos comen.

Aunque lo importante es que el PGOU no parece conllevar riesgos de benidormizar la ciudad, llenarla de cemento y que aquí no venga ni el que se pierde.
 

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