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sociedad - SÁBADO, 28 DE JULIO DE 2012


Exterior del centro de San Vicente de Paúl. reduan.

proyecto
 

Cruz Blanca proyecta un Centro Social Comunitario en El Príncipe

La entidad religiosa ha solicitado
1.200.000 euros al Estado para transformar San Vicente de Paúl en un centro de mediación e inserción social para la barriada
 

CEUTA
Cristina Rojo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Una cocina puede tener todas las respuestas: llave para formar vecinos en una empresa de cátering, fuego para alimentar a los más necesitados y calor en torno al que un barrio pueda gestionar distintos proyectos de mediación, prevención e inserción. Esto es lo que los hermanos de Cruz Blanca quieren hacer de la nueva cocina que buscan instalar en su centro de El Príncipe, San Vicente de Paúl. Algo más que un fogón que sería el corazón de un proyecto innovador, “ambicioso, pero realista”, con el que pretenden dar respuesta a las necesidades de la barriada a la vez que le devuelven a sus gentes el cariño y respeto recibido durante décadas.

Todavía está en fase embrionaria, pero el proyecto que Cruz Blanca ha presentado al Estado para solicitar su inversión en la transformación del edificio de San Vicente de Paúl en un Centro Social Comunitario no es ninguna utopía.

Hace ya meses que los hermanos franciscanos trabajan en el desarrollo de un plan que permita seguir dando uso al local en el que han dado servicio a la comunidad desde hace prácticamente 40 años y que, antes de que finalice 2012, quedará vacío con el traslado al centro reformado de Nuestra Señora de los Ángeles en El Sardinero.

Así, hace algo menos de dos semanas, la entidad envió el proyecto final junto al resto de iniciativas formuladas por Cruz Blanca a nivel nacional, para optar a que la casilla del 0,7% del IRPF podría servir para financiar esta transformación.

El objetivo es convertir el actual centro de acogida de mayores en un centro social con varias funciones entre las que destacarían la de comedor, punto de información y mediación social e intercultural, en el que se ofrecería asesoramiento en la búsqueda de empleo e inserción laboral, prevención de maltrato, formación de hábitos de vida saludables o contra el abandono escolar, todo ello girando en torno a una idea principal: convertir las cocinas del Príncipe en un centro de formación de servicio de cátering, en el que se formaría y emplearía a la gente de la barriada.

Con la misma comida que se preparase en esta cocina, se organizarían comidas para llevar, de forma que los vecinos que así lo necesitaran pudieran acudir a recoger comida, “como un economato”, y poder servirla después, en sus casas. “Es algo que puede servir para integrar mejor a las personas que tienen esta difícil situación porque dignifica algo el momento”, explica el padre superior Luis Miguel Martell, emocionado con el proyecto.

“Queremos que nuestro trabajo revierta en la barriada, que tiene muchas necesidades, y en el tema de la alimentación se ha complicado mucho con la crisis. En coordinación con otras entidades como Cáritas, Al-Ambar o Asuntos Sociales, con quienes cruzaríamos datos, intentaríamos dar cobertura a quienes más lo necesitan, trabajando en red”.

Cocina y formación

La idea de Cruz Blanca y Fundación Cruz Blanca, es formar primero a los vecinos que vayan a integrar el proyecto, “para que lo sientan como algo suyo”. “Es un proyecto ambicioso, bonito, pero también realista”, explica el padre Martell, que dice que quiere devolver a la comunidad “el cariño y respeto que han mostrado hacia los franciscanos durante cuarenta años. “Aquí hay gente muy buena y con muy buena disposición, la convivencia siempre ha sido buena y tenemos que luchar por darle la vuelta a esa fama mal merecida que tiene la zona”.

Presupuesto solidario


Martell es consciente de que la inversión es cuantiosa, nada menos que 1.200.000 euros para arrancar, instalando el equipo de cocina industrial necesario para el proyecto. Aún así, afirma que, si el Estado no les concede la ayuda económica, intentarán seguir adelante “como se pueda”.

“Tenemos ilusión y ganas de conseguirlo, conocemos a la gente de Ceuta y siempre ha sido una ciudad muy solidaria”, confía. Habrá que esperar hasta el fin del verano para conocer la resolución sobre los proyectos de Cruz Blanca que va a financiar el Estado.

Mientras tanto, Martell está ya decidido a propagar su espíritu entre el vecindario e involucrar a toda la sociedad en este nuevo proyecto con el que pretenden dar una nueva vida al local.
 


El Sardinero estará listo, como tarde, en Navidad

El traslado de los mayores que atiende Cruz Blanca en San Vicente de Paúl hacia Nuestra Señora de los Ángeles está cada vez más cerca. Según ha confirmado el Padre superior de la orden en Ceuta, las obras de remodelación deberían estar listas en agosto, por lo que esperan que, en un par de meses de tramitación de licencias, octubre o noviembre puedan ser el mes definitivo para mudarse al centro rehabilitado. “El límite sería pasar la Navidad en el Sardinero”, explica, justificando que no quieren tener mucho tiempo la casa de San Vicente de Paúl vacía, por ello ya llevan meses trabajando en las posibilidades de ‘reciclaje’ de la misma.
 

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