El presidente de la Asociación de Promotores de Ceuta, José
Luis Muñiz, expresó ayer su satisfacción por el inicio de
los trámites para la aprobación del Plan General de
Ordenación Urbana (PGOU), ya que el actual lleva en vigor 20
años y es algo por tanto “obligatorio”. “Los planes, y las
tipologías constructivas y los desarrollos se quedan
antiguos y eso hay que mejorarlo y renovarlo”, afirmó.
Muñiz apuntó asimismo que en la situación en que se está
ahora mismo “alguien puede pensar que un plan nuevo o no
nuevo tiene poca incidencia en el sentido de que hay un
debilitamiento importante de la actividad constructora”. No
obstante, agregó que se trata de un documento “importante”,
teniendo en cuenta que, a pesar de que los Planes Generales
se aprueban para ocho años, va a tener posiblemente una
vigencia temporal “de 12, 15 o 20 años, como pasa siempre,
que se alarga”. La importancia del PGOU radica en que, según
lo define el representante de los empresarios del sector, es
como “el libro en el que tenemos que basar toda la actividad
promotora”. “Siempre que esté aprobado y que haya unas
normas claras, los promotores nos sentimos contentos con
ello”, concluyó.
Durante el tiempo que media entre la aprobación inicial y la
definitiva de un PGOU, que en el caso del ceutí la Ciudad
calcula será de 500 días, la concesión de licencias de
construcción permanece paralizada, algo que en la actual
coyuntura económica tendrá menos impacto, según ha destacado
recientemente la consejera de Fomento, Susana Román, que si
se hubiera producido hace unos años. El presidente de los
promotores se muestra de acuerdo con esta apreciación, pues
considera que “los momentos de baja actividad hay que
aprovecharlos para hacer todos estos desarrollos que no
implican una acción directa de construcción pero que sí son
necesarios para preparar el terreno para el futuro”. “Me
parece importante y no va a hacer tanto daño como si
estuviéramos en pleno crecimiento, en el que claro, frenar
las licencias iba a ralentizar la actividad”, explica.
En cuanto a la batería de sugerencias presentadas en su
momento por esta Asociación al Avance del PGOU, presentado
en abril de 2008, Muñiz puntualizó que hasta que no conozca
el documento no sabe “hasta qué punto o cómo se habrán
tenido en cuenta” a la hora de elaborar el texto que se
llevará a aprobación inicial de la Asamblea.
En relación a la clasificación de suelo -una de las claves
del PGOU y que, tal como avanzaba ayer este diario refleja
un cambio por ejemplo en el caso de la protección del Monte
Hacho de la acción urbanizadora-, Muñiz recordó que la
asociación sí presentó en su día sugerencias en el sentido
de que se clasificara más suelo como urbanizable “fuera del
ámbito de lo que es el centro de la ciudad”. “El Avance
-señala- tenía una filosofía muy de colmatar el núcleo
urbano”, algo que se ha mantenido como base del documento de
aprobación inicial, que prioriza la utilización de terrenos
disponibles en suelo urbano “con carácter previo a la
clasificación de suelo urbanizable”. Como “principal vector
de expansión” se considera el “borde sudoeste” de la ciudad,
en un vértice situado entre el príncipe, el Tarajal y la
Loma de las Lanzas.
Para Muñiz, la propuesta de “colmatar” el núcleo urbano
“tiene sus limitaciones, porque a veces la propiedad no está
clara y parece que hay muchos solares vacíos y cuando te vas
a dar cuenta no están disponibles en el mercado, no se
pueden utilizar”. “Como filosofía está bien que Ceuta sea
una ciudad colmatada, pero a efectos de disponibilidad real,
luego no la hay y esa fue una de nuestras alegaciones”,
manifiesta.
Esta filosofía tiene que ir por tanto, en opinión de Muñiz,
“unida a una serie de herramientas de gestión de suelo
adecuadas”. Como ejemplo, citó el caso de una bolsa de suelo
“totalmente degradada en pleno centro de Ceuta, con
infravivienda, con ocupaciones, que es la zona del Recinto,
que hasta ahora no se ha podido desarrollar”. “Si se
consiguiera hacer un plan para desarrollar esto, daría un
cambio espectacular”, concluye.
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