Me indignan las manifestaciones
vertidas por diferentes dirigentes socialistas en las que
afirman desvergonzadamente que ellos son responsables única
y exclusivamente de la situación del país hasta el mismo
instante en el que perdieron las Elecciones Generales el
pasado año trasladando dicha responsabilidad a la formación
política vencedora en dichos comicios, el Partido Popular.
Los responsables socialistas obvian los “pufos” que José
Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno y Alfredo
Pérez Rubalcaba, Vicepresidente Primero, dejaron al
Ejecutivo que arribó a la Moncloa el pasado mes de
diciembre. La realidad distaba en mucho de lo que reflejaban
los informes elaborados por los dirigentes socialistas con
motivo del traslado de poderes.
Los ciudadanos debemos ser consientes de una realidad que
cifra la deuda total de nuestro país en 997.000 millones de
euros, el 92,1% del P.I.B. Una cantidad que obliga a
destinar el próximo año 38.000 millones a pagar los
intereses del dinero que se ha tenido que pedir prestado del
exterior. Nueve mil millones más que este año. Sin ninguna
duda, si no hubiéramos gastado tanto en los ejercicios
anteriores no tendríamos que destinar tantos recursos al
pago de intereses, y no hubiera sido necesario ejecutar
tantos ajustes.
En primer lugar, recordarles que el anterior Gobierno se
había comprometido con la Unión Europea a finalizar 2011 con
un déficit del 6%. La realidad es conocida por todos, el
déficit se ha acercado al 9%, lo que ha obligado a ahorrar
18.000 millones de euros más de lo previsto inicialmente.
Por tanto, el incumplimiento socialista y no las decisiones
de quienes le han seguido en las labores de Gobierno han
provocado gran parte de los males, en forma de ajustes
presupuestarios, que hemos sufrido en los últimos meses.
Recuerdan ustedes las palabras pronunciadas por José Luis
Rodríguez Zapatero en Nueva York en septiembre de 2008
“tenemos uno de los sistemas financieros más solidos de la
comunidad internacional”. Ahora, cinco años después, nos
vemos obligados a pedir una ayuda financiera de hasta
100.000 millones de euros a la Unión Europea. Es momento de
nombrar a Bankia, Novogalicia, CatalunyaCaixa y Caja
Valencia entre otras entidades ya intervenidas.
Aunque tampoco podemos olvidar cuestiones tan relevantes
como la deuda cifrada en 16.000 millones de euros que
arrastra nuestro sistema sanitario, los 20.730 millones de
euros contraídos en infraestructuras ferroviarias, el
descomunal problema que arrastra el sector eléctrico, con
una deuda de 24.000 millones de euros o las cuatro mil
empresas públicas, fundaciones y consorcios que poseen las
tres administraciones públicas que acumulan una deuda de
56.000 millones de euros.
Cifras que evidencian la realidad de una situación que fija
la responsabilidad en quienes protagonizaron la mayor
dilapidación de fondos públicos de nuestra historia
democrática, el Partido Socialista liderado por José Luis
Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. A partir de
ahora corresponderá al nuevo Gobierno adoptar las medidas
correctoras necesarias para devolver a este país a la senda
del crecimiento aunque, siendo conscientes de la realidad de
una herencia que asfixia a los españoles.
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