Existen informadores que son como
los napolitanos “Que crean la tragedia para vivirla”
dramatizando la realidad hasta extremos esperpénticos para
fabricar titulares de donde, simplemente, no existe materia
prima cómo para hacer funcionar las calderas de la industria
de los encabezamientos impactantes y llamativos. EL PUEBLO
se mantuvo prudente ante los rumores mientras otros se
dedicaron a asustar al personal de Educación con el agorero
anuncio del inminente despido de más de un centenar de entre
ellos. ¿Para generar sentimientos de ansiedad y de
frustración entre el agobiado contingente humano? ¡Cuanta
iniquidad! O dicho más coloquialmente ¡Cuanta mala leche! Es
la esencia más sustancial de las épocas de vacas flacas en
las que los ciudadanos suelen hacer surgir de manera
espontáneo lo peor y lo mejor de ellos mismos, con la
inevitable aparición de los carroñeros que revolotean en
torno a los lugares en los que ha sucedido algún
acontecimiento luctuoso, para ver si pueden sacar cacho,
bien sea a modo de víscera putrefacta o bien sea a modo de
noticia agorera.
Así quienes difundieron muy poco compasivamente y con escaso
respeto hacia la sensibilidad de los afectados, el bulo del
despido casi masivo en Educación, han quedado en una postura
muy poco digna (como poco) ante la evidencia real de que
sólo se prescindirá de 25 docentes dentro de las medidas de
austeridad. Por supuesto de las “medidas” aplicadas de forma
muy poco igualitaria a Ceuta y a Melilla en lo relativo a
sus diferencias notorias y al tratamiento privilegiado que
siempre merecemos por el hecho evidente de la
“imposibilidad” de hacer el Camino del Rocío exclusivamente
a pie o en carreta desde las puertas de nuestras casas
porque hay una mancha de agua de por medio, que no es por
cierto el río Quema y esa discriminación tiene que ser
cumplidamente resarcida. Y de hecho lo es.
Frente a las cifras poco menos que demoledoras de despidos
en todas las administraciones de todas las Autonomías, las
dos Ciudades Autónomas y el archipiélago canario somos los
únicos que nos estamos librando, por ahora, de los rigurosos
recortes que nos imponen los guiris del Banco Central
Europeo que mandan mucho porque disponen de muy buenos
dineros y que nos hacen que nuestros gobernantes se pongan
muy obsequiosos con ellos porque, ya que tienen tanto,
queremos que nos lo den ¿O es que piensan que nos caen
simpáticos los alemanes con tanta perfección y tanto máximo
del 5% de desempleo?.
Pero la evidencia es el tratamiento prioritario que casi
siempre recibimos a la hora de satisfacer nuestras
necesidades y consolar nuestras cuitas por parte de la
Administración Central, un tratamiento que por ética y por
estética estamos obligados a reconocer y a valorar. Así cómo
a que se refleje en noticias reales que transmitan a los
ciudadanos la verdad y no a que se esperpentice la realidad
con fabulaciones tendentes a generar alarma, crispación y
malestar. Los Códigos Deontológicos existen. Los Libros de
Estilo también. Y el reproche moral a los derrotistas que
difunden noticias alarmistas, la repulsa ante el mal que
consciente o inconscientemente son capaces de generar, han
de conformar una respuesta abrumadora y sin fisuras en plan
¡Basta ya de alarmar! Y de mentir… Porque han sido 25
despidos y no más de un centenar como “vendían” los
aguafiestas.
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