A la prudencia que se gasta el usuario habitual de libros
hay que unir, en las actuales circunstancias económicas, que
la crisis está provocando estragos en el ánimo y el espíritu
de quienes en otros tiempos buscaban la evasión durante el
verano con lecturas de “best-sellers” o novelas históricas.
Así nos lo comentan en las librerías ceutíes, donde se
demandan mucho títulos como “Dios vuelve en una Harley” de
Joan Brady o “Pregunta a tus guías” de Sonia Choquette, o
“El arte de ser feliz” de Muñeca Geigel, incluso “Los diez
secretos del amor” o “Los diez secretos de la abundante
felicidad” ambos de Adam J. Jackson.
Las circunstancias mandan y la crisis económica, también.
Así, a la prudencia que se gasta el usuario habitual de
libros hay que unir, en las actuales circunstancias
económicas, que la crisis está provocando estragos en el
ánimo y el espíritu de quienes en otros tiempos buscaban la
evasión durante el verano con lecturas de “best-sellers” o
novelas históricas.
Ahora, la depresión del país, ha llevado a un decaimiento de
ánimo, a cierta desmoralización generalizada en la gente y,
por ende, a la adquisición de libros de autoayuda. Así nos
lo comentan en las librerías ceutíes, donde se demandan
mucho títulos como “Dios vuelve en una Harley” de Joan Brady
o “Pregunta a tus guías” de Sonia Choquette, o “El arte de
ser feliz” de Muñeca Geigel, incluso “Los diez secretos del
amor” o “Los diez secretos de la abundante felicidad” ambos
de Adam J. Jackson al igual que el libro “Jesús me quiere”
de David Safier.
El presidente de la Asociación de Libreros de Ceuta, Dayal
Badammal Chabaldas, es un buen catalizador de los gustos y
preferencias de su clientela que la encuentra más deprimida
que nunca y muy decantada por la tendencia de temática ya
indicada hacia la autoayuda. “Veo a la gente muy triste y
muy decaída”, nos dice este improvisado psicólogo de un
ambiente literario marcado por las circunstancias del
momento. De ahí el éxito de libros como “Maldito Karma” de
David Safier o “Cómo perdonar cuando no sabes cómo hacerlo”
de Jacqui Bishop y Mary Grunte. La percepción personal de
Dayal Badammal como librero es que encuentra “gente triste,
deprimida, apagada, porque no hay dinero”. De hecho, el
gasto medio que a día de hoy se produce es de entre 6 y 10
euros para adquirir un libro de bolsillo. Ahora, el libro de
bolsillo tiene un doble valor: a su tradicional pequeño
tamaño y, por tanto, más fácil manejo en la playa, hay que
unir su precio. En las actuales circunstancias de crisis, la
clientela no gasta 24 euros en un libro, comenta Dayal, sino
que compran dos libros de bolsillo por la comodidad y lo
ligeros que son para llevarlos en un bolso o en la mano.
Además, el libro electrónico es una dura competencia y las
descargas que se producen, también inciden en el mercado y
las ventas.
Algunos temas superan a la realidad como ”Mi hijo era de
ETA” de José Ramón Goñi Tirapu. Bien es verdad que no todo
es desastre, aunque la tónica general viene marcada por
cierta desmoralización del personal que se acerca a las
librerías, pero también hay temas que cuentan con cierta
demanda como los libros de tendencia juvenil de Federico
Moccia (alguino llevado recientemente al cine) y de Blue
Jeans como “Buenos días princesa”.
Otro título de éxito en cuanto a compras es el de Luz Garbás,
“Palmeras en la nieve”. En cualquier caso, la percepción
existente es que se han cambiado los hábitos de lectura
marcados por las circunstancias del momento económico, no ya
por cuestión del precio de los libros sino también por la
temática de los mismos que nos lleva a evadirnos a través de
contenidos que nos lleven a cierto grado de esperanza o nos
ilusionen. La reflexión del Presidente de los Libreros de
Ceuta es el mejor síntoma para diagnosticar una tendencia
actual que repercute en las mismas librerías, donde se nos
muestra una inmensa variedad de contenidos y títulos.
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