La antigua verbena de las Viudas que promovía la asociación
de Viudas y Huérfanos de los Tres Ejércitos en los jardines
del Centro Cultural de los Ejércitos (en la Hípica Militar)
ha sido una vieja tradición que surgió en los años 70 y que
ha desaparecido, como tantas otras, con el paso del tiempo.
Se trataba de la gran primera fiesta del verano ceutí. Y
congregaba a unas 1.800 personas que acudían a la velada
atraídos por los numerosos regalos de la tómbola (unos
1.300, así como 110 “premios gordos”), donde en alguna
ocasión se incluyó un coche. Se trata de una tradición
perdida.
Cada 24 de julio, a las once de la noche, se iniciaba lo que
era la primera verbena de la temporada de verano en Ceuta.
Los jardines de la Hípica se convertían en lugar de cita
social del “todo Ceuta” en un ambiente de fiesta muy
genuino.La fecha en cuestión se elegía con dos
características: la celebración siempre era después de la
festividad de la Vírgen del Carmen y suponía el regreso de
todos aquéllos estudiantes ceutíes que cursaban sus estudios
lejos de Ceuta. Otra característica es que se celebraba
también antes de la festividad de Santiago Apóstol y siempre
en sábado por la noche.
Una fiesta que suponía prácticamente los prolegómenos de la
Feria y surgió en 1.975, año en el que se recaudaron 600.000
pesetas, desapareciendo en 1.987, con ocasión del atropello
que sufrió el entonces coronel Luis Manso, verdadera “alma
mater” y artífice de una tradición que tuvo gran arraigo, no
sólo entre los militares sino entre el personal civil.
El auge paulatino de esta verbena viene marcada por la
afluencia de público (llegó a las dos mil personas) y a la
recaudación: de las 677.445 pesetas del año 1.975 a los
4.103.975 pesetas en 1.985, llegándose a veces, hasta los 5
millones de pesetas y en una ocasión se sorteó, incluso un
coche: un Seat 850.
Quiere decirse que el atractivo y la imaginación para
recaudar dinero en favor de las Viudas y Huérfanos de los
Tres Ejércitos y de la Guardia Civil, hacía que el personal
se volcara y que el comercio local hiciera gala de su
altruismo y colaboración con la donación de no menos de
1.300 regalos, de los que entre 75 y 110 eran lo que se
consideraba como “premios gordos”.
La captación de regalos se hacía de la manera más estricta y
contrastada posible para su control: aquél que recogía el
regalo indicaba modelo para ser meticulosos en las
donaciones, lo recogía un soldado habitualmente y llevaba en
su poder un documento identificativo del regalo. En cuanto a
los números de la tómbola para el sorteo, los designaba en
cada regalo un oficial por cuartel; también se hacía un
control riguroso de las tiendas que donaban regalos y los
premios donados se firmaban a la recepeción para acreditar
su depósito. Es digna de destacar la labor filatrópica del
comercio local con la entrega de regalos de todo tipo:
vajillas, televisor a color, un ciclomotor, máquinas de
coser automáticas, planchas a vapor, entre otros. Ahora
bien, había anécdotas como ésta: se daba el caso que no
siempre se retiraban los regalos, ya que el premiado lo
dejaba en depósito para que se sorteara en otra edición. De
manera que se dió el caso que, de los 95 premios de que
consta la tómbola entre los premios considerados “gordos”
solamente se retiraron 74, quedando los 21 restantes en
“stock” para el año siguiente, como sucedió en 1.985.
Otra de las peculiaridades que caracterizaron esta verbena
de las Viudas, a lo largo del tiempo era el aumento de la
recaudación: Así bajo la presidencia de la señora de Otero
Saavedra en los años 1976, 77 y 78 se recaudaron 855.000,
1.115.000 y 1.150.000 respectivamente. En los años 1.979 y
80, las recaudaciones brutas fueron de 1.718.000 y 2.033.000
pesetas, siendo presidenta de la Asociación (que recaía en
la esposa del Comandante General de turno), era la señora de
Polanco. En los años 1.981y 1.982, la señora de Mariñas
eleva estas recaudaciones a 2.541.000 y 2.790.000 `pesetas.
Después, con la señora de carroquino,se recaudaron 2.957.000
y al año siguiente, se subió a 3.406.00, hasta llegar a los
4.103.000 en la que era presidenta la señora de Arnáiz.
Esta Asociación de Viudas y Huérfanops de los tres Ejércitos
fue fundada durante el Protectorado español en marruecos,
por el entonces Alto Comisario, siendo su esposa la
Presidenta (tradición que continuó con el paso del tiempo),
que presidía una Junta en la que formaba parte un Oficial
que era el Asesor Militar de la misma y que estaba destinado
en una Unidad de la plaza y no recibía ninguna remuneración
por su labor en esta Asociación. Al término del protectorado
en 1.956 la Asociación de Viudas y Huérfanos de los tres
Ejércitos pasa a Ceuta siendo la presidenta la esposa del
Comandante General hasta su desaparición en el año 1.991.
Fue nombrado Asesor Militar y Ejecutivo de la mencionada
Asociación el entonces capitán de Regulares, Luis Manso
hasta su ascenso a coronel en 1.987. El numeroso público
acudía a la verbena que amenizaban dos orquestas, atraídos
por los interesantes regalos que se sorteaban y por el
ambiente de una velada de verano ceutí, pródiga en
convivencia, amistad y fiesta. Una tradición que,
tristemente ha desaparecido y que animaba los días previos a
la Feria. Una lástima.
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