Lo ha podido decir más alto pero no más claro: “Defenderemos
el empleo estructural”, “tenemos que responder siendo más
eficientes, pero no nos vamos a amparar en ninguna normativa
para despedir a nadie” y “la Ciudad Autónoma defenderá su
carácter de entidad autonómica”. En esta revolución laboral
que estamos viviendo, no están mal las palabras aunque visto
lo visto, los hechos son muchísimo más importantes.
Asistimos a un verdadero estado de la confusión: de un lado
se califica las políticas aplicadas por Rajoy de “estafa
electoral” porque se le votó para otro programa y, de otra
parte, se nos dice que, como si fuera un orden
preestablecido, que no cabe otra, que ésta es la solución a
evitar la intervención de España por los “hombres de negro”
de la UE, que hay que arrimar el hombro, trabajando más
horas por menos dinero y dando el callo.
Lo cierto es que las palabras del presidente Vivas y ayer
del portavoz del Gobierno, tratando de tranquilizar a los
trabajadores del sector público se reciben con cierto
recelo, aunque “gusta oirlas”, si bien a continuación,
alguna argumenta: “A ver si es verdad”. No se puede evitar
la desconfianza a tenor del desencadenante originado en
estos últimos seis meses: medidas, medidas y más medidas,
dejando los sueldos maltrechos y, por si fuera poco, un
rosario de subidas: IRPF, IVA, luz, gas, y pérdida en
definitiva de poder adquisitivo con el gran bombazo del
momento, en forma de desaparición de la paga extra de
Navidad, tras 76 años de estar en vigor. Un hecho sin
precedentes que nos hace preguntarnos a los ceutíes: ¿Será
posible evitar el enviar gente al paro del sector público?
¿Los 12.000 parados ceutíes verán engrosadas sus filas en
los próximos meses? El Presidente ha dicho que no pero ¿se
verá obligado? ¿qué dirá Rajoy achuchado por sus socios
europeos?
Lo cierto es que se ha dicho desde el Gobierno de la nación
que hay que “adelelgazar el sector público” y muchas
empresas municipales sufrirán los estragos de medidas
indeseadas e indeseables por sus consecuencias.Bien es
verdad que la sobredimensión empresarial en el ámbito
público, via clientelismo políticos y pago de favores, ha
llevado a una situación que es insostenible. La crisis
económica provoca un “cortafuegos” necesario en este ámbito
y un esfuerzo que ha de venir, no ya por las medidas de
aminorar gastos sino, a la vez, el acompañamiento de una
buena gestión política. Y en este punto hay que recordarle
al Presidente, una frase que el repetía en sus comienzos
políticos con reiteración y que ya no la usa: “Los recursos
son escasos y suceptibles de usos alternativos”. Pues con la
escasez de recursos hay que ser muy cuidadosos y atemperar
lo que se tiene con lo que se gasta. Por ello, el sector
público entendería que se le meta la mano en el bolsillo
para darle una aplicación justa a su dinero y no
despilfarrarlo.
La frase presidencial de “no vamos a ampararnos en ninguna
normativa para despedir a nadie”, de ser cierta en el fondo
y en la forma, dice mucho en su favor, siempre y cuando sepa
y pueda defender las singularidades de Ceuta que, también
aquí, en los recortes y los planes de estabilidad, tiene una
casuística especial, nada equiparable con otros lugares de
la península, por idénticas razones a las que siempre se
esgrimen para demandar mejoras que cubran nuestras
necesidades endógenas.
Otra de las frases claves de la nota de prensa enviada el
pasado miércoles, precisando que “la Ciudad Autónoma
defenderá su carácter de entidad autonómica”, nos lleva a
pensar que el Presidente Vivas se resiste a aplicar las
recomendaciones de Madrid sobre “adelelgazamiento el sector
público” e intenta hacer valer el Estatuto de Autonomía y
los considerandos que amparan a las Comunidades Autónomas y
marcar las diferencias con los Ayuntamientos, aunque aquí
tengamos también el carácter de entidad local, intrínseco.
En estos parámetros (no ampararse en ninguna normativa para
despedir a nadie y defender el carácter de entidad
autónoma), hay que marcar diferencias.
Las circunstancias y cómo han venido los acontecimientos
mueven a la reflexión y a concienciarnos que se iba por mal
camino, sin que esto suponga abdicar de los derechos que,
como sociedad ultraperiférica, con escasos recursos y
elevada densidad de población junto a índices de desempleo
exagerados, hemos de poner sobre la mesa. No siempre hay que
plegarse a planteamientos generalistas, porque las
excepciones sabemos que confirman la regla.
Juan Vivas tienen ante sí un reto muy importante: le toca
defender los intereses de Ceuta que él ha dicho en
muchísimas ocasiones que anteponía a los de partido. Ha
llegado una muy buena oportunidad de demostrarlo porque está
“recortando” a base de bien y, a veces, la cuerda no da para
más.
Recuerdese que, siempre se ha dicho que el mayor empleador
de la Ciudad es el Ayuntamiento. No cabe poner en peligro la
estabilidad laboral de los empleados públicos, aunque
también es verdad que se hace necesario recurrir a medidas
imaginativas de equilibrio, aludiendo a una proporcionalidad
adecuada para que no salga de la caja más dinero del que
entra o pueda entrar.
Por otra parte, la autosuficiencia financiera que por ley el
Partido Popular contempló para Ceuta en tiempos de José
María Aznar, a la que tantas veces se ha recurrido, no puede
sufrir ningún menoscabo. Y en esta praxis hay que
desarrollar un planteamiento que requiere valentía y
decisión para que la crisis no sea nunca una excusa para
aminorar cualquier logro ya conseguido legítimamente para la
supervivencia financiera de la institución.
Mantenimiento del empleo, no recurrir a excusas (o
normativa) para destruirlo y defender el carácter de entidad
autónoma, son cuestiones a recordar, mantener y defender.
Ceuta es diferente. Siempre se ha dicho y ahora no hay
porqué variar. Y como es diferente, también requiere la
aplicación de medidas diferentes, para salvaguardar los
intereses de quienes, confiados, apostaron por esta tierra y
a quienes siempre se les dijo, que había que potenciar el
arraigo. Ahora es el momento de que las palabras no resulten
huecas. Es la hora de la verdad. De decirla y de aplicarla.
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