No cabe otra: trabajo, trabajo y después, más trabajo. El
Presidente de la Ciudad, reunido en un cónclave con toda la
estructura ejecutiva y directiva de la Administración local,
ha fijado prioridades y ha dado instrucciones para los
cambios legales impulsado por el Gobierno central y el Plan
de Estabilidad Presupuestaria. A destacar lo más importante:
compromiso con el mantenimiento del empleo estructural,
tanto en la Ciudad Autónoma como en las sociedades
municipales. Como segundo asunto, redoblar esfuerzos en una
tarea común para acometer los compromisos de eficacia que se
requieren en estos difíciles momentos en los que todos hemos
de arrimar el hombro. Y ha vuelto a reiterar: “No nos vamos
a amparar en ninguna norma para despedir a nadie”. Un asunto
que ha sido la preocupación prioritaria de tantas familias
que trabajan en la Administración y que escuchan “rumores”
de todos los colores, con las “intoxicaciones”
correspondientes para desestabilizar en la medida de lo
imposible y lo más posible.
La pregunta ahora es cómo va a conseguir el Presidente Vivas
conjugar las directrices dadas desde Madrid de “aligerar la
dimensión del sector público” y cumplir su compromiso con el
mantenimiento del empleo estructural.
La motivación del Presidente es otro rango a destacar de su
actitud, ya que, incluso se ha permitido alguna broma como
la extrañeza de su propia mujer preguntándole si era cierto
que se marchaba en septiembre como se ha “corrido la voz por
ahí”, algo que le ha hecho manifestar con contundencia:
“Tengo más ganas que nunca, se trata de un reto para mi”. Su
motivación pública es el mejor exponente de desmentido a
quienes lo ponen en la puerta de salida, porque él bien que
ha dejado claro que se marchara cuando los ciudadanos de
Ceuta así lo deseen.
Quien no estaba de bromas, o sí, era uno de los asistentes a
este “cónclave” que se permitió el lujo de aportar su
granito de arena en forma de “recorte” y, a modo del
chocolate del loro ha alucinado en un estado de imbecilidad
transitorio. Y lo dice, uno de esos cuyo nombre “sonó” con
fuerza para que fuera cesado como elemento prescindible.
Lo que ahora se requiere de los empleados públicos no son
dosis de idiotez sino como ha dicho el Presi dente Vivas,
esfuerzo para evitar que España sea rescatada. Se trata,
como se ha dicho, de un momento histórico, difícil, incómodo
y que duele al bolsillo por las pérdidas económicas pero es
que no cabe otra. Hay que volcarse por y con “la causa”,
arrimar el hombro, entregarnos con solidaridad para empujar
con fuerza esta nave que parece embarrancada. No es el
momento de lamentaciones ni de rehuir el compromiso de la
entrega y hay que seguir el ejemplo del Presidente en cuanto
a la motivación y al entusiasmo para no decaer en el empeño
ante este reto histórico que nos exige muchísimo sacrificio.
Pero España y los españoles, Ceuta y los ceutíes somos un
pueblo aguerrido, luchador y valiente. Ya conocen que la
historia siempre la escribieron los valientes y son éstos,
los llamados a aportar lo mejor de ellos para romper moldes
y afrontar lo que nunca jamás sospechamos que podría
ocurrir. La vida a veces nos trae estas sorpresas
envenenadas y hay que frontarlas con el espíritu alto, con
nervios de aceros y apretando los dientes.
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