Nadie puede tener duda alguna
respecto a mi cercanía ideológica con el Partido Popular
desde hace años por tanto, sería absurdo pretender encontrar
en mis colaboraciones semanales argumentos alejados de los
planteamientos defendidos por una formación política a la
que pertenezco como afiliado desde hace más de 13 años.
Como columnista en estos años he compartido desde la
humildad que me caracteriza con los lectores de este medio
mis modestas reflexiones en relación a cuestiones de
actualidad tanto de ámbito nacional como local. He
reflexionado sobre política, economía, religión, transporte
público, historia, tradiciones, conmemoraciones, amistades y
decepciones desde el mayor respeto.
Habitualmente he criticado abiertamente los planteamientos
políticos de otras formaciones políticas al entenderlos
erróneos, pero también he compartiendo algunos de ellos. De
igual manera he exigido explicaciones públicas a mi partido
cuando lo he estimado oportuno. Estoy convencido de que la
sociedad española y la ceutí en particular se construye con
el esfuerzo de todos a pesar de las diferencias ideológicas.
Sin ninguna duda, el debate enriquece, pero las injurias nos
separan y en estos momentos necesitamos del compromiso del
mayor número de ciudadanos.
Comprendo aunque no comparto las críticas hacia mis
planteamientos, pero rechazo totalmente las injurias
vertidas hacia quien tan solo comparte públicamente unas
reflexiones amparadas en un derecho constitucional. Algunos
y algunas han pretendido utilizar su privilegiada posición
política para menoscabar la profesionalidad de este humilde
columnista obviando totalmente que mi acceso a la función
pública se produjo hace más de 25 años por tanto, nada debo
a los actuales gobernantes.
Los ciudadanos somos plenamente conscientes de la crítica
situación socio-económica que acecha al Estado del Bienestar
construido durante años con el esfuerzo de todos los
españoles, pero también somos conscientes de la
responsabilidad que deben asumir formaciones políticas,
centrales sindicales y organizaciones empresariales en la
solución de la mismas a pesar de los planteamientos
demagógicos de algunos de ellos. Es totalmente necesario el
esfuerzo compartido de todos en una misma línea, recuperar
los niveles de crecimiento.
Los próximos meses significaran la adopción de medidas
impopulares que nos perjudicaran a corto plazo, pero que sin
ninguna duda nos beneficiaran a medio y largo plazo. Durante
años hemos dilapidado los recursos públicos, el dinero de
todos los españoles, las cifras son sobradamente conocidas.
Ahora, ha llegado el momento de la austeridad, de la
solidaridad, del compromiso de todos en la búsqueda de un
futuro mejor.
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