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OPINIÓN - MARTES, 17 DE JULIO DE 2012

 

OPINIÓN / ANALISIS

Grandes soluciones para grandes problemas

 


Nuria de Madariaga
opinion@elpueblodeceuta.com

 

Ustedes piensan que los españoles somos necios y cegatos? ¿Opinan tal vez que quienes hacen “hervir las calles” en protesta contra los ajustes no saben perfectamente que, o cumplimos con Bruselas o nos intervienen y acabamos cómo los griegos, que tienen más ruinas que Mérida? Absurdos son los que se dejan manipular por unos sindicatos que andan angustiados porque se les va a acabar el chollazo de los cursos, la subvenciones, los liberados y los puestazos en los consejos de administración, es decir, el chupeteo y por otro lado la izquierda que tira la piedra de las movilizaciones y el descontento, pero esconde la mano, no vaya a tener la piedra un efecto boomerang y acaba descalabrándoles a ellos. Ya lo dijo el diputado Márquez, “no se irán de rositas”, aunque menos aún se han de ir los auténticos Guardianes de la Iniquidad que son los responsables de las Cajas de Ahorro.

Ahora bien, sigue fallando la comunicación, no a nivel de exponer de forma reiterativa lo ya largamente expuesto cómo lo es el tema de la anulación de la paga extra de Navidad (si hubiera sido la de verano el impacto también sería menos duro), así mismo se insiste en el tema de las sociedades municipales que es algo que no tiene que alarmar sino que motivar porque se evitarán duplicidades y el férreo control de la productividad y la eficacia nos hará dar un paso hacia el modelo de administración alemana que es la que, con menos, es capaz de hacer infinitamente más, porque, por muy germánicos que sean, a la hora de trabajar “se gastan” la moral del samurai y contra ese tipo de concienciación intrínseca es muy difícil rivalizar en el momento de la obtención de objetivos. ¿Y alarman las medidas? Sí, sobre todo la subida del IVA y aquí comienzan a “resbalar” la comunicación y la estrategia desde el punto de vista del análisis político.

Y no hay que adentrarse en consideraciones de la politología aplicada a la sociología, sencillamente dar “una de cal y otra de arena”. Recortes por aquí y se acaba con un “pero” que deja al espectador anhelante de saber lo que viene a continuación ¿Y que debe venir? Pues la de arena: “Pero ha actuado el Fiscal General del Estado y ha empitonado a fulano y a mengano”.

¿Qué es algo mezquino congratularse con el mal ajeno? Lo es. Siempre que no se trate de un elemental “resarcimiento” en plan “los socialistas por su mala gestión nos han abocado a esta situación y ahora que apenquen con sus responsabilidades”. Es simple resarcimiento y no la miserable política de los tiempos de Rubalcaba en los que se trataba de distraer al pueblo dándole temas de conversación polémicos a fuerza de detenciones televisadas de alcaldes y tonadilleras y de bárbaros juicios mediáticos.

En verdad, no todos los que se han visto empapelados en las macrooperaciones de Rubalcaba no han tenido la inmensa suerte de la Infanta y Urdangarín. ¿Y ustedes saben el brutal desgaste que va a suponer para la Justicia este vergonzoso asunto? Rectifico, está suponiendo y supondrá en el futuro, aunque eso nos hace tener la esperanza de que ¡Por fin! la Constitución no mentirá y desaparecerá el Principio de Igualdad del Texto Constitucional.

Pero corruptelas aparte, buena línea la del bulldozer del PP explicando, repitiendo, reiterando y dejándonos ahítos a fuerza de exponer y aclarar la conveniencia de cada una de las medidas adoptadas por Mariano Rajoy y bendecidas por Bruselas. Muchas de ellas meramente transitorias y que van a durar el tiempo que dure la cifra del déficit para luego ir moderándose hasta regresar a la situación anterior. Matizo, nunca “a la situación anterior” porque habremos aprendido y asumido el imperativo de hacer una Administración más moderna, eficaz y competitiva, se habrán quedado por el camino múltiples sociedades inútiles, llegaremos con mucho “resabio” e infinita cautela para que “esto” no se repita ni sea una futura herencia para nuestros hijos.Se pasará mal pero vamos a aprender hasta latín.
 

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