Nuestra común afición al
coleccionismo de décimos de Lotería Nacional, no premiados,
nos brinda una nueva oportunidad para intercambiar
impresiones sobre el tema. Por supuesto que nuestro nuevo
encuentro deriva hacia planteamientos y comentarios de
actualidad y recuerdos sobre nuestra convivencia en común. Y
es que, Juan José y yo convivimos unos años en el Centro
Educativo “Convoy de la Victoria”. Él como, alumno de la 2ª
Etapa de la EGB, y yo como responsable de las Áreas de
Ciencias Naturales y Matemáticas.En la actualidad Juan José
ocupa el cargo de Agente de la Benemérita, con destino en
nuestra ciudad. Está casado y es padre de dos hijos, ambos
muy responsables, estudiantes universitarios.
Cuando en 2006 surgió la idea de la preparación y posterior
edición del libro “Un antes y un después” –nuestro libro-
Juan José colaboró intensamente para que el proyecto se
convirtiera en realidad. Por supuesto que tanto él como sus
hermanas, que también fueron alumnas de nuestro recordado
centro educativo –Encarni y Antoñita- prestaron su
colaboración.
En el libro, Juan José, tiene un recuerdo muy especial para
todos aquellos profesores –dejamos de ser maestros- que
tuvieron responsabilidades sobre él. Y, por supuesto de sus
compañeros que el llama amigos: Pedro Banderas, Pedro Ruiz,
Ortiz Sosas, J. F. Dris, Hussein, Maimón, Isabel Martín,
Carlos Folch, Nayim, Manuel Moreno, Beniflash Mouryussef… y
un cariñoso recuerdo al Conserje de aquellos años: Sr.
Ocaña.
Sigue J. José, refiriéndose al Colegio, que en conjunto,
profesorado y alumnos, formábamos un grupo con nuestros
defectos y nuestras virtudes, pero portadores de un conjunto
de valores, desaparecidos en la actualidad. Destacaba el
respeto a nuestros profesores, a nuestros mayores y a toda
la sociedad.
E imborrable, en mis primeros años, las formaciones en el
inmenso patio, separado por aquel “odioso” muro de
separación de los dos patios de recreos, en principio por la
“desigualdad” de sexos. Y el mástil con nuestra bandera,
ante la cual, al iniciarse la jornada escolar, se probaba
nuestras voces con el “famoso Cara al sol”.
Y mi importante anécdota, en 8º Curso: el profesor de
Ciencias Naturales tenía previsto un examen de su materia.
El domingo anterior, viajé a Jerez de la Frontera. Encuentro
de fútbol: Jerez-Agrupación Deportiva Ceuta. Triunfo de los
nuestros, por 2-5. Y yo, con mi libro de Ciencias, repasando
en el Estadio. Regreso con problemas. Avería de nuestro
autocar. Mala suerte, ya que se trasladaron 63 autocares.
Llegada a Algeciras y el barco que ha salido. Pernoctamos en
esta ciudad. Regreso por la mañana. Denuncia en la comisaría
de Los Rosales. Y, al llegar al Colegio, ¡el examen ya se
había realizado!. Y el profesor que no se creía lo ocurrido.
Tuve que redactarle las incidencias del encuentro, que
comprobó, por lo publicado en la prensa local. Y aportación
de la copia de la denuncia. Y realicé el examen, a última
hora, y aprobé con Notable.
Cuenta Juan José que finalizada la EGB, estudió BUP, hasta
3º. Dejé de estudiar y me incorporé al Ejército, mili
voluntaria con 18 años, en Regulares, donde conseguí llegar
a Cabo Primero. Pensé que el Ejército no estaba hecho para
mí, y me retiré, aunque con toda seguridad había cometido,
al parecer un error, ya que las perspectivas para mí se
prestaban muy halagüeñas. Pero no me arrepiento de lo hecho,
ya que hice oposiciones para funcionario del Estado, en el
Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, donde me encuentro
muy a gusto.
Mis primeros pasos fueron muy difíciles, complicados como
suele ocurrir, hasta que te adaptas al nuevo tipo de vida.
Guardo gratísimos recuerdos de mis destinos lejos de nuestra
ciudad natal. Aprendí a realizar, con la mayor entrega, las
funciones de mi nueva profesión, siendo muy respetado y
querido por todos los componentes de la sociedad civil con
la que me tocó convivir, teniendo siempre como bandera el
respeto y la compresión.
Ahora en mi ciudad, cumpliendo con mis deberes de
representante del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil,
dedico toda mi atención a mi familia, a mi madre, ya mayor y
con achaques, y a la marcha de mi mujer y mis hijos.
Y no dejo de atender a mis aficiones particulares, donde
juega un papel muy importante el Coleccionismo y la lectura.
Sobre el coleccionismo básicamente la Loterofilia, afición a
la que dedico mucho tiempo, pues para conseguir llegar al
máximo en este tipo de actividad se necesita mucho tiempo,
afición y recursos económicos.
Por otra parte la lectura se lleva también mucho tiempo de
mi escasa libertad. A parte de la prensa diaria, dedico
mucho tiempo a los libros de actualidad, sin perder de vista
aquellos que tratan de historia, economía,…. Dejando ya casi
de lado mi gran afición al fútbol como espectador. No corren
buenos tiempos para el fútbol local, lo que hace que esa
afición que me inculcaron los míos, permitiéndome acompañar
a nuestro equipo local, prácticamente ha desaparecido.
Aunque diré el tópico de “ya vendrán tiempos mejores”.
(En la fotografía 8º A “Convoy de la Victoria”, Juan José se
encuentra en la parte superior, junto a un compañero que
lleva gafas oscuras. El grupo en sí, es de los que con
terminología actual, con la calidad de sus componentes, se
le podría clasificar con categoría, rayando en la
“excelencia”, término que agrada al Sr. Ministro actual)
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