El cuarto y último grupo ceutí del contingente Libre Hidalgo
XVI regresó ayer a la ciudad. En el puerto, al centenar de
soldados les esperaban con emoción decenas de familiares.
Tras el saludo del general Herrero Isla, quien ha mandado la
Brigada Multinacional Este de la UNIFIL durante estos cinco
meses y que retornó el jueves, llegó la alegría del
reencuentro.
Satisfacción y alegría. Estas eran las dos emociones
predominantes de nuevo ayer en el puerto a la llegada del
cuarto y último de los grupos en los que se ha dividido el
contingente ‘Libre Hidalgo XVI’ tanto para su desplazamiento
al Líbano como a la hora de su regreso a la ciudad.
Satisfacción por el éxito de la misión era lo que expresaban
los militares en sus primeras declaraciones tras desembarcar
en Ceuta, y alegría la demostrada por decenas de familiares
que les esperaban con emoción.
Esta última rotación fue recibida por quien durante estos
cinco meses ha sido jefe de la Brigada Multinacional Este de
UNIFIL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el
Líbano), el general Julio Herrero Isla, que había regresado
un día antes en tercer grupo. Todos los jefes de unidad de
la Comandancia General de Ceuta (COMGECEU) acudieron al
acto, con presencia de la Policía Militar y amenizado con
las marchas habituales en una recepción, como la ‘Corsaria’,
por su Unidad de Música.
Agrupados, con pancartas de bienvenida y algunos bebés por
conocer, con el deseo de abrazar a los suyos, los familiares
esperaban expectantes. La teniente Piqueras, destinada en la
ULOG 23, reseñaba en declaraciones a los medios la duración
del viaje, de 18 horas, y su satisfacción por cómo han
trabajado todos en esta misión de paz y de la “cohesión” que
ha habido entre los militares ceutíes y melillenses y con
los del resto de países. Ningún incidente destacable es el
balance de la labor desarrollada por el contingente en
territorio libanés, donde no se ha resgistrado “ni
problemas, ni accidentes en los convoyes” y con un contacto
“muy bueno” con la población local.
Por su parte, el brigada Rubio, ya junto a su familia,
subrayaba que esta ha sido su primera misión, una
experiencia “muy interesante” que se ha hecho “dura” por
algunos “eventos familiares” que se ha perdido, como la
comunión de su hijo, al que abrazaba. Para este oficial, que
ha ascendido durante el despliegue, ha sido una experiencia
especialmente intensa, puesto que al estar encuadrado en
Transportes se ha recorrido un país que se encuentra en
condiciones “difíciles”. “Pero hemos vuelto sanos y salvos
y, como se suele decir, misión cumplida”, resumía.
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