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OPINIÓN - VIERNES, 13 DE JULIO DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

Cumplir con los proveedores

Por Juan Merino


No se tiene credibilidad cuando se promete algo y se hace lo contrario. Una situación en la que no puede ni debe caer el Gobierno de Juan Vivas que está dando lugar a una espiral de morosidad que no se debería corresponder con lo que el propio Gobierno había plasmado en los Planes económicos que aprobó.

Tanto Caballas como el PSOE han salido a la palestra con toda la carga de la prueba, como diría un jurista, y han criticado el incumplimiento de su compromiso de pago a proveedores fijado, por el propio Ejecutivo en 40 días y, lo peor del caso es que esos 40 días que siempre serían asumibles, se han convertido en 194 en muchos casos. Quiere decirse que no es de recibo perder la credibilidad a las primeras de cambio, porque como diría un castizo “eso son excusas de mal pagador”. La acumulación de meses de demora en los pagos/cobros genera una dinámica encadenada de perjuicios: deudas a las Pymes que tanto dice proteger el Partido Popular o negocios familiares con poco margen de mantener un “inmobilizado” que les lleva a esperar/desesperar el cobro algún buen día.

No ha de ser ésta la dinámica de un Gobierno serio y responsable. Acabamos de asistir a un espactáculo esperpéntico de facturas surgidas como setas y cuantías económicas desorbitadas con un pasado de todos los colores y ya estamos en otro panorama tan desolador, como si la mala experiencia vivida no hubiera provocado el lógico sonrojo en instancias superiores, donde a buen seguro, no le ha tenido que hacer ninguna gracia la deuda de la Ciudad Autónoma de Ceuta.

De manera que salimos de Málaga y parece que nos queremos meter en Malagón, otra vez. Este Gobierno es que parece resistirse a aprender de los errores, contradiciendo a Goethe, cuando decía: “Mis errores son mis experiencias”. Aquí, en Ceuta, en el Ejecutivo de Juan Vivas, las promesas parecen que se hacen -como los programas electorales-, para incumplirlos. Un aserto que, aunque parezca que es de Mariano Rajoy lo era del viejo profesor, Enrique Tierno Galván.

Los incumplimientos reiterados del Gobierno en el abono de sus servicios, puede originar serios perjuicios a las pequeñas empresas locales que podrían verse obligadas a despedir empleados si el montante económico acumulado no se satisface en los plazos previstos y comprometidos. Lo último en lo que puede incurrir un Gobierno es en la falta de credibilidad y de responsabilidad para afrontar sus compromisos como cualquier particular. Si emprendemos la vorágine del desatino, la frivolidad, el pasotismo y el desprecio a las empresas locales, a lo nuestro, mala dinámica conduce al Gobierno de la Ciudad que no podrá desmentir el estigma de mentiroso con el que le “bautiza” la oposición.

En una reciente rueda de prensa, Juan Luis Aróstegui, diputado de la coalición Caballas, dijo que el Gobierno de Juan Vivas adeuda unos 10 millones de euros a proveedores en lo que va de año. Los mismos 10 millones que ya comienzan a acumularse con el paso de los días y los meses y que cada vez harán la bola de “nieve” más voluminosa. ¿Habrán de esperar a otro Plan de Ajuste los proveedores para volver a cobrar?

Insistimos en la falta de seriedad porque no caben excusas en este caso, recurriendo a coartadas para justificar estos retrasos: la carga de trabajo que ha supuesto el Plan de Pago a Proveedores de deudas anteriores al 31 de diciembre de 2011.

Para la oposición esta Administración “hace aguas por todos lados” y los hechos, lejos de hacernos intuir cualquier matiz demagógico en la crítica política, no hacen mas que reafirmar esa versión a la luz de los acontecimientos.El Gobierno que dice preocuparse tanto por los índices de paro en la ciudad, habría de relacionar su propia morosidad en los pagos con las consecuencias que pudieran derivarse de la “asfixia” económica que podrían provocar en las empresas ceutíes con ese desdén que viene demostrando como si el compromiso asumido no fuera con el propio Gobierno que incumple los plazos que él mismo se fija.

Si a través de los tiempos la palabra empeñada ha sido el bien más preciado de los hombres de honor, si en otra época con estrecharse unas manos se daba por sellado y comprometido el honor, parece que este Gobierno ni entiende ni quiere entender de compromisos de ningún género y, desde luego, muchísimo menos de honor de ninguna clase.

Lo cierto es que “se ha comprometido en público y en los planes económicos aprobados por él mismo” y está dejando en la estacada a las pequeñas empresas ceutíes. O este Gobierno se pone las pilas y cumple o le van a llover críticas de todos los colores, además de perder credibilidad.

Los empresarios, los trabajadores, las familias que están pendientes de esos pagos, bien merecen un trato digno, serio, formal, ajustado a lo que se espera de un Gobierno con la suficiente responsabilidad como para hacerse de respetar y merecedor de la confianza de quienes les han votado y de los que no. Este comportamiento merece reflexión antes de que sea repudiado.
 

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