No sé dónde he leído que el
presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, es
un buen tipo: amable, educado. Siempre efusivo con todos. Y
dicen de él, además, que es austero y sobrio, quizá porque
es de Soria.
Pues bien, Jesús Posada considera que en España
existen “demasiados cargos políticos”. Y ha asegurado que se
podría llevar “a cabo una labor de reducción del número de
políticos”. Aunque ha aclarado que, en el caso de la
reducción de número de diputados, no se podría acometer
inmediatamente, al igual que ocurre con los senadores, ya
que han sido elegidos en las urnas.
Lo que ha dejado bien claro, el presidente del Congreso de
los Diputados, es que se podría actuar ya mismo en los
Ayuntamientos y la comunidades autónomas. Si bien reconoce
que “no todos los partidos están de acuerdo” con esta
medida.
Mal hecho por parte de los partidos. Porque la gente está
que trina y en la calle reina un desafecto casi generalizado
hacia los políticos. Desafecto es más bien eufemismo. Existe
fobia contra ellos. Aversión. Inquina… Debido a que han
estado viviendo a sus anchas en épocas de vacas gordas y
ahora, cuando la ruina se ha enseñoreado del ambiente, no
hacen sino cebarse con la clase social más baja. En cambio,
todos los cargos políticos siguen recibiendo sueldos muy
apetitosos. Y son legión.
Sí, sé que en cuanto me lean habrá cargos políticos que me
acusen de instigar al pueblo contra ellos. Que resalten lo
mucho que me agrada estar siempre en contra de los de
arriba. Y, cómo no, me dedicarán variadas lindezas que no
llegarán a mis oídos. Pero yo seguiré pensando que lo de
apretarse el cinturón sólo lo vienen haciendo las personas
con menos posibles. Las que se han visto desprovistas de una
forma de vida que las ha dejado tocadas de un ala. Y
millones de ellas, no olvidemos las que están paradas, no
volverán nunca más a levantar cabeza.
El colmo es que hace escasas fechas José Antonio Carracao
propuso suprimir las dietas que cobran los concejales por
acudir a los plenos. Y le dijeron que nones. Que nanay de la
China. Y hasta creo que salió el alcalde diciendo que los
políticos cumplen una función pública. Y que si no están
bien pagados a la política nada más que accederían los
ricos. ¿Y qué?
En realidad, tampoco pasaría nada porque hubiera ricos con
deseos de convertirse en autoridades políticas. Algunos
ricos he conocido yo que llegaron a la política para servir
y cumplieron su cometido a rajatabla. Lo que no es de recibo
es llegar a la política con una mano detrás y otra delante y
ponerse riquito en nada y menos. Que todos sabemos de qué va
la cosa…
A propósito, el domingo pasado me entretuve en leer lo que
se escribió en este medio acerca del Consejo Económico y
Social (CES). Y, aunque a mí ya no me sorprende nada esta
vida, hube de contenerme para no irme de la lengua de forma
obscena cuando quedé enterado de que mantener tan horrible
engendro cuesta 335.000 euros. Semejante cantidad de dinero
se la lleva, por la jeta, un órgano que asesora al Gobierno
de Juan Vivas. Dicen que emitiendo dictámenes sobre los
temas que se le piden. ¡Ay, señor!
Resumiendo: por la subvención a García Gaona, una
pasta gansa, sí señor, y la que se lleva el Consejo
Económico y Social, uno debería largar… Pero hay que
morderse la lengua. Por ahora.
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