El segundo turno de militares de la Comandancia General de
Ceuta que han integrado la misión ‘Libre Hidalgo XVI’,
desarrollada en el Líbano, llegó ayer tras cinco meses de
operaciones en los que ha habido tiempo para vivir la
Eurocopa, la Semana Santa, hablar con la familia, pero en
los que, sobre todo, se ha trabajado para mejorar la calidad
de vida de los libaneses. Decenas de familiares y amigos se
concentraron ayer en el puerto para recibir al grupo,
compuesto por alrededor de 125 efectivos.
El comandante general de Ceuta, Ramón Martín-Ambrosio,
acudió a saludar uno por uno a todos los militares, al igual
que hizo el pasado jueves con los primeros integrantes del
‘Libre Hidalgo XVI’ que regresaron a la ciudad. Tras
desembarcar por la bodega del ferry, los soldados hicieron
cola para darle la mano al comandante, pero algunos
familiares no pudieron aguantar ni siquiera unos segundos
para abrazar al militar al que esperaban en plena fila. Era
complicado sostener la emoción contenida durante cinco meses
y así lo mostraban los soldados que se acercaron a los
medios para contar su experiencia.
Un país en conflicto
El capitán Pedro Bellón, abrazado a su mujer, contaba como
había vívido estos meses en el Líbano. “Me quedo con el
éxito que ha tenido la misión”, aseguraba para agregar: “La
convivencia y el compañerismo también han sido fantásticos”.
No obstante, no han faltado los momentos duros y así lo
decía Bellón. “Todos los días allí son especiales, hay
muchos incidentes y es que todavía están en guerra, aunque
con cese de austeridad porque estamos allí con la UNIFIL
(Brigada Multinacional del Sector Este de la Fuerza Interina
de Naciones Unidas)”.El capitán contaba como para él algunos
de los momentos más emotivos fueron la Semana Santa en la
base y ver la victoria de la selección española. “El
sentimiento de cantar ‘yo soy español’ a 3.500 kilómetros de
casa es único”, aseguraba.
En la base Miguel de Cervantes se han vivido momentos
dulces, pero también amargos. Para la soldado Lorena Pérez
ver la pobreza del país ha sido “muy duro”. “Los niños
pequeños se echaban en los coches pidiendo agua y de comer,
eso fue muy emotivo para mi”, confesaba esta militar a la
que sus familiares la rodearon mientras hablaba con los
medios para darle la bienvenida.
Mejorar su calidad de vida
Esta misión ha sido la primera para la soldado Pérez,
especialista en almacenes y parques. Para el soldado Ezedey,
la operación ‘Libre Hidalgo XVI’ también ha sido su primera
experiencia fuera del país. De su vivencia en el Líbano
cuenta cómo los ciudadanos agradecían el trabajo que han
hecho allí los españoles. “Hemos hecho instalaciones de
farolas, depósitos de agua... La gente nos recibe muy bien,
están muy contenta de que estemos en el país”, explicaba.
Para él, lo más duro ha sido estar lejos de la familia al
igual que para su madre, que ayer no quería despegarse de él
después de cinco meses sin verle. Pero a pesar de los malos
momentos, todos los integrantes de esta misión coinciden en
que repetirán en próximas operaciones.
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