En el tema turístico hay que ser
especialmente previsor y dejarlo todo atado y bien atado,
así que el chiringuito para guiris o punto de información
para los extranjeros (guiris a fin de ceuntas) que vengan a
hacer compritas el fin de semana o mejor “toda” la semana
durante las rebajas, viene mejor que bien y además da
categoría a la ciudad porque demuestra que se aprecia y
cuida al turismo. Y más aún al distinguido turismo marroquí
francoparlante, que no es en absoluto el de sandalia con
calcetín blanco y bocadillo para el camino, sino que
constituye un tipo de visitantes de alto standing que visita
las más exclusivas joyerías y conoce a fondo las marcas,
porque están acostumbrados a comprar en Marbella.
Deferencia de cara al turista el proporcionarle todo tipo de
facilidades para que se sienta en Ceuta cómo en su casa, de
ahí lo positivo de tener una espaciosa zona de aparcamiento
junto al chiringuito turístico para que se pueda parar a
recabar información. De hecho ayer domingo esta escribidora
se alargó a la instalación que está reluciente y presenta
muy buen aspecto, pero que se encontraba cerrada porque ya
se sabe que los domingos los comercios no tienen ganas de
vender y de ganar dinero, así que el centro histórico se
queda bastante desierto. ¿Esperanza? La más realista es que
la empresa que ha adquirido una porción de la merengosa
tarta que es la manzana del Revellín, monte un buen Soho, se
traiga HM (en Málaga han instalado el almacén en los bajos
del edificio restaurado de Félix Saenz y ha sido un boom,
que monten un buen Fosters Hollywood con sus maravillosas y
divinas hamburguesas a la leña, que se instale un VIP´S cómo
el de Velázquez, que agarre un rincón Bimba y Lola, otro
Uterqüe, otro Accesorize, una buena trattoría con mesas con
manteles de cuadros rojos y blancos en la terraza ¿Y cómo
no? Un par de novísimos, recoletos y tranquilos “Gin-tonic
bar” o Moonligths punto de encuentro de gente de 35 años en
adelante para pegarse un pelotazo a la salida del trabajo en
plan conversación, música suave y sólo beber, de comer cómo
mucho almendritas, en Madrid y Barcelona son la locura y en
Málaga ya han puesto tres, uno de ellos junto al hotel Casa
Curro, la gente acude muy-muy bien vestida y ni se admiten
chanclas, ni camisetas ni merdellonería, es un “reservado el
derecho de admisión” bastante estricto, aunque el ambiente
selecto de esos tipos de garitos hacen que un determinado
público tirando a poligonero se abstenga de acudir porque no
se siente cómodo.
¿La política común de todos los destinos turístico con clase
que aspira a ser monegasca? El que viene a comprar, a
consumir, a pasear y a prestigiar el enclave es un príncipe,
al que viene a joder se le recibe con una patada en los
huevos. ¿A que resulta una política muy “chic”? Pues es la
que aplican en Mónaco y en la exclusiva Costa Esmeralda y
les va muy bien, ya saben, por el tema de marketing y demás.
De ahí mis alabanzas al coqueto chiringuito informativo
(atención a que no aparquen los coches y les quiten el
espacio a quienes se quieren parar a recoger folletos) de
hecho ayer domingo, con las instalaciones cerradas, la zona
estaba llena de coches aparcados por los bañistas, sin
problema los domingos, pero el resto de la semana debe ser
un punto habilitado para parar unos minutos y no más.
Excelente iniciativa y encantadoras las azafatas aunque no
estaría de más colocar a un par de señoritas uniformadas
justo en la frontera para ir dando propaganda informativa a
los coches con buen aspecto y no se trata de discriminar
sino de que el turismo francoparlante llega con cochazos,
muy en plan qatarí y con una gente con buenísima pinta que
da gusto ver pasear. que voy que vengo, por el Centro
Histórico y disfrutar del idílico parque mediterráneo que es
una auténtica belleza y que no lo tienen en toda la Costa
del Sol ¡más quisieran! Turismo lo hace bien.
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