Tras cada comparecencia del
Presidente se pueden constatar largas horas de análisis y de
estudio y “muchos codos”. De ahí que no se dé pábulo a las
improvisaciones, hasta el punto de que dentro de la
preparación de cada disertación se palpa que se plantean de
manera anticipativa las cuestiones posteriores a la
exposición del tema. Todo atado y bien atado hasta el
extremo de que parecen saber de antemano las preguntas que
pueden realizar los medios y ya llevan preparadas las
respuestas.
Y los motivos de la presencia del Presidente en la rueda de
prensa de ayer se encontraban sólidamente fundamentados por
la importancia del mensaje que se proponía transmitir y que
no era otro que el nuevo marco económico, continuación de
las medidas de contención que ya se están llevando a cabo
desde que se aprobaron los Presupuestos, pero que incluye
novedades y una auténtica avalancha de propósitos para
priorizar el ahorro, paliar el déficit y que la Ciudad pueda
cumplir sus objetivos. A cada participante en la
convocatoria un cuadro explicativo, a fin de que se pudiera
ir comparando lo expuesto por Juan Vivas con lo reflejado en
las tablas. Todo perfecto y bien organizado.
¿El anuncio a mi parecer más esperado y que contribuye a
disminuir el escozor que provoca en la ciudadanía los
tratamientos desiguales según a qué colectivo se atienda? El
de la drástica rebaja del capítulo de subvenciones, que
alcanzará a las que se encuentran en marcha, algo normal si
se atiende al clamor por la “famosa subvención e los 120.000
euros del sudor de la frente de los españoles a unos
mientras que se deja con el culo al aire a otros”. Con
buena, con mala o con pésima fe, se ha incurrido en agravios
comparativos, tratando de beneficiar siempre a los mismos en
la creencia de que el pueblo soberano se encuentra demasiado
amedrentado por los “complejines” cómo para atreverse ni a
piar ¡Sorpresa! Con el cambio los españoles parecen haberle
echado pelotas al invento y no es que pien, sino que chillan
cómo gaviotas posesas y graznan por puro hartazgo de que les
buitreen. ¿Sabemos todos de lo que estamos hablando? Pues
mejor así. Y mucho mejor los puntos rigurosamente enumerados
por Juan Vivas (ahí hay horas de trabajo) e infinitamente
peor la alusión a que, poco menos que había que darle
cuentas a la oposición. ¿Y por qué? ¿Por pura cortesía?
Disculpe el señor Vivas pero no somos expertos en protocolo
sino en la democracia de las urnas y aquí quien gana,
manda-mandamos. ¿Para recabar la opinión de Alí y de
Aróstegui? Más disculpas aún pero la opinión de quienes han
sido ferozmente castigados en las urnas nos importa un
ardite, es más, preferimos que discrepen, se opongan, se
enfurezcan y les dé un patatús, porque esa es garantía de
que el resto vamos por buen camino. En lo relativo a los
socialistas reaccionarán con la previsible sensatez, pero
España en general y Ceuta en particular se lanzaron en su
día a las urnas “precisamente” para echar al socialismo así
que su opinión nos da igual y permanecemos moderados porque
el talante de Carracao también lo es.
El marco económico compuesto por una serie de claves
responde a necesidades de política financiera del Gobierno
Español y es tan impecable que no se le puede poner ni un
“pero” con excepción de una mayor rotundidad, porque no
resulta una opción sino un imperativo y por cierto,
Presidente, pasamos de la oposición porque somos mayoría.
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