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OPINIÓN - SÁBADO, 7 DE JULIO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Estómago y sexo
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Al paso que vamos, es decir, con los mercados, o sea el capital, manejando la vida social y política a su antojo, Mariano Rajoy seguirá cediendo tanto como para que la máxima preocupación de los españoles consista en realizar dos necesidades primarias de las que ya hablaba el Arcipreste de Hita –siglo XIV- en su libro del Buen Amor. Estomago y sexo.

Estómago y sexo. Poder comer –exigencia física y tener mujer al lado –exigencia sexual- Que antes, en España, equivalía a casarse, pues para algo profesa la religión católica. Si bien ahora el vivir las parejas sin pasar por el altar es también habitual y no pasa nada. Algo que hemos adelantado.

De llevarse a cabo las reformas anunciadas por Soraya Sáenz de Santamaría, acompañadas por el indecible José María Aznar, lucidor de bíceps, abdominales y pectorales a edad tardía, todo lo que se ha adelantado en España se vendrá abajo.

No quiero decir, líbreme Dios, que, de la noche a la mañana, la sociedad española vaya a ser un calco de la que le cupo vivir los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Pero tampoco sería ninguna afirmación u observación chocante, más o menos paradójica o ingeniosa, considerar que el comer a diario constituya la suprema felicidad del español de clase media a partir de ahora. De los otros, es decir, de los más pobres, mejor guardar un respetuoso silencio.

Los capitalistas han vivido en permanente estado de inquietud viendo como las personas de clase media se han atrevido a comprar coches lujosos y hasta se han arrogado facultades económicas como para hacerse propietarios de una segunda vivienda gracias a los préstamos que daban los bancos con el dinero de los mercados. El dinero de los mercados es de procedencia divina y pobre de aquellos que cometan el desatino de no devolverlos con sus intereses.

Los misterios de la divinidad económica son insondables. Por lo cual no están nada más que al alcance una minoría con poder omnímodo para decidir en cualquier momento que la masa debe volver a padecer una economía de “estomágo y taparrabos”. De modo que el señor Aznar, debido a que un buen día se codeó hasta con Bush, está actualmente asesorando al Gobierno para que todo cuanto no sirva para comer, beber o vestir de trapillos, debe estimarse como “gasto superfluo”, “suntuario” o “lujo asiático”. En una palabra: que la inmensa mayoría de españoles estamos obligados a tener que vivir algo así como si fuéramos ciudadanos de una nación subdesarrollada.

El señor Aznar, por si ustedes no lo saben, fue quien gobernando Jesús Fortes en esta ciudad la dejó abandonada a su suerte. Es decir, que no se preocupó de ella en absoluto. Por lo que su dejadez en todos los sentidos hizo posible que arribara a la ciudad el partido de Jesús Gil.

Un partido que estuvo a punto de convertir a Ceuta en el mayor centro de corrupción nunca visto. De aquel partido quedan residuos. Residuos que estamos soportando desde hace ya muchos años. Por lo tanto, conviene preguntarse si acaso no vienen de aquellos lodos el barro que actualmente está cubriendo esta ciudad.

Una ciudad que Juan Vivas ha de sacar del atolladero en el cual anda metida. De no ser así, pasará a la historia como un gobernante de poca monta.
 

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