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sucesos - MIÉRCOLES, 4 DE JULIO DE 2012


El entierro del pequeño Rayan. archivo.

sentencia
 

La enfermera que mató al bebé Rayan, condenada a seis meses

El hijo prematuro de la primera víctima en España de gripe A en 2009, Dalilah Mimuni, falleció por un error médico
 

CEUTA
P. Zumeta

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La enfermera que cometió un error médico que provocó el fallecimiento el 13 de julio de 2009 de Rayan, el bebé prematuro cuya madre, Dalilah Mimuni, de Castillejos y con familia en Ceuta, fue la primera víctima mortal en España de la gripe A, ha sido condenada a seis meses de prisión, según la sentencia a la que ha tenido acceso la Agencia Efe.

Tras el juicio, que se celebró el pasado 29 de febrero en el Juzgado de lo Penal número 30 de Madrid, la sentencia considera a la enfermera autora de un delito de homicidio por imprudencia grave y le ha impuesto además una pena de inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión durante un año y seis meses.

El pequeño Rayan falleció en la unidad de Neonatología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid horas después de que la enfermera suministrara “nutrición enteral” por vía periférica cuando la alimentación que debía haberle dado era leche por sonda nasogástrica. El tribunal consideró “evidente” que la acusada “omitió toda diligencia y las más elementales normas de cautela y precaución para evitar un mortal resultado”.

La pena ha sido inferior a la solicitada por Fiscalía, que en el juicio la elevó a dos años de prisión y a cinco años de inhabilitación para ejercer la profesión de enfermera, mientras que la defensa pidió la libre absolución. Por otra parte, la sentencia considera probado que sobre la 15.15 horas del 12 de julio de 2009 la enfermera, siguiendo instrucciones de la supervisora de Enfermería, se presentó en la UCI del servicio de Neonatología para familiarizarse con ella y realizar “una labor de aprendizaje, sin atribución de funciones concretas”. Hasta las 21.00 horas, la jornada transcurría sin incidencias pero en ese momento se interrumpió la actividad ordinaria porque al menos una enfermera y una auxiliar tuvieron que atender a otro bebé de la misma sala.

La procesada, “viendo que sus compañeras estaban ocupadas, decidió prestarles ayuda (...) cogió una jeringuilla con un fluido blanquecino destinada a Rayan y la conectó a través de la bomba de infusión a una vía periférica, dando por sentado que la solución contenía lípidos”.

La enfermera llevó a cabo su acción “sin hacer otras comprobaciones o preguntar al resto del personal presente en la sala, pese a que el tubo no contenía ninguna pegatina”. El padre del bebé y viudo de Dalilah renunció en su día a cualquier indemnización “por haber sido resarcido a su satisfacción”.
 

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