Debido a que el súper ministro de
Economía español, el excelentísimo señor don Luis de
Guindos, perteneciente al Partido Popular de don Mariano
Rajoy, está en el candelero político, televisivo y
periodístico un día sí y el otro también, desde que a
finales de diciembre pasado jurara “por su conciencia y
honor cumplir fielmente las obligaciones de su cargo”. Hace
unos días, por curiosidad, me metí en la página web de La
Moncloa, para conocer de fuentes fidedignas, de dónde ha
salido este lumbreras. Y de él pone que es “Licenciado en
Ciencias Económicas y Empresariales (CUNEF). Premio
extraordinario fin de carrera. Técnico Comercial y
Economista del Estado, número uno de su promoción”.
Figurando además, una extensísima relación de lo realizado
profesionalmente, la que obvio transcribir, porque ocuparía
toda esta tribuna. Evitándole además al leerla, que le
ocurra como a mí, y se maree por la popa y a estribor más
que yo, cuando cruzo El Estrecho de Gibraltar, en la patera
de mi amigo Muhammad ‘Er-Besugui’.
Por lo tanto, con lo que leí del de Guindos, cogí un flipe
impresionante. Para recuperarme, me puse a chuparme el dedo
gordo del pié derecho mientras hacía el pino debajo del
agua, porque no entendí ni papa, a lo que se ha dedicado
este Guindos. Porque si de inglés estoy cortito, de economía
y de finanzas al más alto nivel, estoy aún más pegado que
las lapas en las rocas.
Aunque, sí me suena mucho, el dicho popular “caerse de un
guindo”. Pero como tampoco sé exactamente lo que significa
eso, proseguí rastreando en Internet y uno de los
significados de “caerse de un guindo” es “expresión con la
que alguien da a entender que no se está creyendo una
mentira que le cuentan”.
En este caso, no creo que sea un cuento chino mandarino,
tanto los estudios realizados por el ministro de Guindos,
como los cargos directivos que ha ocupado en relevantes
entidades financieras…, porque lo que diga el Gobierno del
PP del notario Mariano Rajoy, va a misa todos los domingos y
fiestas de guardar.
Consecuentemente, supongo, que los que depositaron sus
ahorros en acciones o a plazos fijos en las entidades
bancarias presididas por el de Guindos, entre ellas la de
Lehman Brothers. Estarán más contentos que yo, cuando me
compra mi parienta unas alpargatas de esparto. Porque habrán
rentabilizados a un alto tanto por ciento sus dineros, como
les ocurrió, por los cojones, a los que tenían metida la
‘manteca’ en Lehman Brothers.
Y si les ha ido como les fue a los de Lehman Brothers y a
los de otras entidades similares, en las que de Guindos era
director, gerente, secretario, consejero o director. España,
en tan sólo seis meses que lleva el de Guindos de ministro
de Economía, va por la misma senda que Lehman Brothers,
porque si la prima de riesgo estaba por encima de los 200
puntos básicos, cuando gobernaba el PSOE de Zapatero, sin
tomar ninguna medida correctora para reducir el déficit. Con
los recortes y subidas de todo tipo de impuestos directos e
indirectos, llevados a cabo en estos seis meses, por el
Gobierno estatal del PP, no ha mejorado el asunto, sino todo
lo contrario, porque la prima de riesgo se ha disparado, no
en el pie como Froilán, sino por las nubes, al haber
alcanzado cifras históricas muy superiores a los 500 puntos.
Por lo tanto, al ver al de Guindos aparecer en la ‘caja
tonta’, de aquí para allá con altas personalidades europeas
y mundiales. Al temerle más que a una vara de acebuche
verde, me pongo a temblar, porque nada bueno para las clases
media y bajas españolas está gestionando a corto plazo, sino
presuntamente todo lo contrario. Hasta el punto, que
recientemente ha aprobado él y el resto de las eminencias
del PP una amnistía fiscal, para que aflore el dinero negro
procedente de los mangoneos y pelotazos, etc. Contraviniendo
toda clase de derecho nacional e internacional, siendo
evidente, que con esas medidas, premian a las indecencias
humanas y cívicas, castigando a la honradez.
Consecuentemente, al estar el panorama político español bajo
mínimos, hace falta una urgente regeneración política, para
tirar a la basura las muchas inmundicias existentes, para
que no se siga pensando en la población que “todos los
políticos son iguales”, creencias que no comparto, porque
diferentes, haberlos, los habrá.
Y si quieren sacar a España de las catacumbas donde la han
metido todos ellos. Deben realizar una profunda reforma
estructural dentro del estado federal español encubierto,
eliminando entes oficiales y anejos inservibles, desde la
más alta institución hasta la más baja. Porque las arcas
públicas, no tienen por qué mantener a cuerpo de rey, a las
legiones de vagos enchufados ni a los parásitos políticos
existentes en muchos rincones y despachos oficiales.
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