La situación en el perímetro fronterizo ceutí es, pasado el
ecuador del año, de tranquilidad en cuanto a la presión de
la inmigración clandestina.
Tal como señalan fuentes oficiales de la Guardia Civil, en
el caso de la valla, esta presión es “nula”, pues no se ha
registrado, afirman, acercamiento alguno que haya podido ser
apreciado por los guardias que la custodian. “No es como en
Melilla”, subrayan, en referencia a las avalanchas
registradas en la otra ciudad autónoma, cuyo delegado del
Gobierno informó el pasado jueves del intento de asalto a la
valla, hacia las 04.30 horas, de entre 300 y 500
subsaharianos. En Ceuta, el delegado del Gobierno ha cifrado
en un millar el número de personas interceptadas por
Marruecos antes de llegar a la zona de la frontera con
Ceuta.
En lo que respecta a los intentos de entrada a nado por el
Tarajal y Benzú, la situación es similar, pues los
marroquíes han reforzado “muy bien”, afirman las mismas
fuentes, la zona por la que en 2011 entraban los
subsaharianos de este modo en avalancha. A partir de
diciembre del pasado año, cuando se produjo la última
entrada masiva de inmigrantes a nado, las autoridades
marroquíes comenzaron el “blindaje” de la playa situada
junto al espigón fronterizo. Las fuerzas auxiliares
marroquíes, la ‘mejanía’, llegaron a contar con hasta 400
efectivos en la zona y el ejército mantiene también desde
entonces una presencia permanente. En cuanto a los medios
materiales, se levantó una valla que impide el paso a la
playa, junto a la cual se estacionan los vehículos de los
‘mejanis’ y del Ejército, y se construyó una escollera.
Ceuta recibe por el momento tan sólo un “goteo” de llegadas
clandestinas en pequeñas embarcaciones hinchables. Este fue
el caso de tres hombres rescatados por la Guardia Civil la
noche del pasado viernes, cuando fue avisada de su presencia
en una balsa a 3 millas de la costa ceutí. El rescate se
produjo pasadas las 22.00 horas.
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