Lo de estupenda pueden traducirlo
por muy atractiva, que así lo designa el diccionario en su
segunda acepción. Bueno, uno de los diccionarios. Porque
ahora tenemos diccionarios para dar y tomar. Pero, además de
ser muy atractiva, estoy sentado a la vera de una señora que
habla bien y con sustancia suficiente para que uno le preste
toda la atención del mundo.
La tarde va declinando en la terraza del Hotel Parador La
Muralla. Nos atiende una empleada, cuyo trato a los clientes
es exquisito. No me pregunten por su nombre porque para mí
es la cordobesa. A la señora que me acompaña le cae bien. Y
se entretienen cambiando impresiones sobre la Córdoba que
exige tener los ojos muy abiertos cuando se va de visitante.
Yo me pido un jotabé, sin hielo y sin agua; porque el agua
me encargo yo de administrársela al escocia. Ella, en
cambio, es más de Gin tonic. Desparramamos la mirada por el
jardín que tenemos frente a nosotros, durante unos segundos,
los justos para principiar la conversación.
Ella la comienza con pregunta:
-¿Por qué la tienes tomada con Juan Vivas?
Y, tras ser tan directa, se me queda mirando a los ojos para
hacerme ver que hoy no es la persona que, hasta hace nada,
estaba de acuerdo con casi todo lo que yo escribía.
Mi respuesta no se hace esperar: yo nunca la tomo con nadie.
Es más, yo podría jactarme, aunque no lo hago, de ser un
defensor acérrimo de las causas perdidas y de las personas
que cometen desatinos que suelen cometer los humanos.
Verbigracia: Pedro Gordillo.
-De acuerdo. Me consta que con PG te has portado muy bien;
tan bien como que yo, en mi círculo de mujeres amigas, lo he
repetido hasta la saciedad. Y he recordado, además, la
cantidad de enemigos que te has ganado poniéndote en contra
de quienes sambenitaban a Gordillo. Que eran los mismos que
antes lo elogiaban desmesuradamente. Ahora bien, ¿qué ganas
tú, que ni has ido al fútbol esta temporada, según me han
dicho, arremetiendo contra Juan Vivas porque a éste le haya
dado por creer que el primer equipo de la ciudad debe
descender de categoría o bien desaparecer?
-Nada. Pero da la casualidad que yo escribo en un periódico
cuyo editor es también presidente de la AD Ceuta. Y,
mientras esté escribiendo en él, no cejaré en el empeño de
hacerle ver a Vivas que se está equivocando de pe a pa.
Manteniendo una postura que no corresponde con lo que
piensan más de cinco mil personas que se han manifestado a
favor de la ayuda al club para que éste pueda salir del
atolladero en el cual se halla metido por mor de promesas
económicas incumplidas por parte de la Ciudad.
-A ver, un momento, lo que tú quieres decir es que defiendes
al equipo por estar escribiendo en ‘El Pueblo de Ceuta’. Y
te aprovechas de ello para decirle al presidente de la
Ciudad lo que piensas respecto a sus malas actuaciones como
gobernante.
-No, querida amiga, no pongas en mi boca lo que yo no he
dicho. Cierto es que si escribiera en el otro periódico me
sería imposible hacerlo a favor de que no desaparezca el
equipo. Me lo impedirían. Por supuesto que sí. No obstante,
sería visto con verdadero agrado que le dijera a Vivas de
todo por el bien del medio. Más claro agua, señora…
|