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OPINIÓN - VIERNES, 29 DE JUNIO DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Fútbol: droga cotidiana
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Por más que Mariano Rajoy dé muestras evidentes de estar más liado que la pata de un romano; que el rostro feroz de María Dolores de Cospedal no cese de intimidarnos, vestida con mantilla y peineta o como Dios le dio a entender; que Ana Mato, con esa cara de señorita que parece haber crecido mirando entre visillos, trate de que acudir a la farmacia sea un artículo de lujo, incluso para los pensionistas de setecientos euros la tirada, o que cuando la miseria existente y la que viene de camino, aconseja adormecer los sentimientos individuales, el españolito encuentra su válvula de escape en el fútbol. Y es que el fútbol se ha convertido, por si no lo era ya antes, en la droga cotidiana que la población necesita para olvidar momentáneamente la estrechez del presente.

Por ello, el triunfo de la selección, el miércoles pasado, era de vital importancia para que los españoles se sintieran tan eufóricos como para gritar lo orgulloso que se sentían de serlo. Que es la mejor propaganda que podemos hacer por Europa. Un triunfo que tuvo como antesala el sufrimiento de comprobar que los portugueses fueron ligeramente superiores durante casi noventa minutos. Ver para creer, pues, que el centro del campo, lugar donde se cuecen los éxitos y fracasos, les pertenecía a los hombres dirigidos por Paulo Bento. Y lo hacían empleándose con fuerza y velocidad, no exenta de una muy apreciable técnica. Así que lograban anticiparse a los nuestros. Lo cual, unido al temor que siempre infunde la presencia de Cristiano Ronaldo, hacía posible que cundiera el canguelo correspondiente.

Los comentaristas, así como los glosadores de la televisión, tan fanáticos –ay, Manu Carreño- como para desmerecer su labor, más que ponernos al tanto de cuanto estaba sucediendo, perdían el tiempo en contarnos batallitas y en hacernos partícipes de sus filias y de sus fobias. Incomprensibles actuaciones. Por más que se defiendan diciéndonos que en todos los sitios cuecen habas.

A lo que iba, que, cuando se pensaba que a La Roja podía sentarle como un tiro la prorroga, tuvimos la oportunidad de comprobar que fue su tabla de salvación. Y me explico: el equipo español tiene mejor plantilla que el equipo portugués. Y sus cambios, Navas, Pedro y Cesc, propiciaron un mejor rendimiento que los recambios de su adversario. Navas y Pedro fueron soplos de aire fresco en todas las zonas del campo e hicieron posible que sus contrarios empezaran ya a nadar y guardar la ropa.

En la tanda de penaltis, Bento cometió un error mayúsculo: debió darle a CR la oportunidad de abrir la cuenta de una suerte maldita para el equipo derrotado. Pues tan importante es el primer penalti como el último. Y de esa manera, le aseguraba una posibilidad más de aumentar la cuenta de goles al astro madridista. No lo creyó oportuno y… sólo le quedó el derecho a lamentarse.

Ganó España, y Ramos fue el héroe de un partido en el cual, amén de mostrarse en todo su esplendor futbolístico, sacó a relucir su casta: los dídimos suficientes para dedicarle su penalti a Neuer: ese gran portero alemán que se mofó de él cuando envió al cielo su disparo desde los once metros frente al Bayern en el Bernabéu. Ganó España. De modo que Rajoy estará todavía bizqueando de satisfacción. El domingo se jugará la final. Se necesita un nuevo triunfo de La Roja. Dado que es la mejor droga para olvidar. Vivas, mientras tanto, se estimula con el quehacer de García Gaona: presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta. ¿Por qué será?
 

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