A veces da la sensación de que el
Presidente olvida que el pueblo soberano le ha consagrado
con una mayoría absoluta es las urnas y ello le confiere
plena legitimidad para hablar del tema que le salga de los
cojones, con perdón de la aseveración, sin que tenga que
indicársele a la televisión “que pregunte” para así poder
responder y poner los puntos sobre las íes. Porque eso fue
lo que paso. Desde el gabinete de prensa de la Ciudad se
indicó realizar la pregunta sobre la moción de urgencia de
Carracao de eliminar el ‘sueldo’ de los diputados.
¿Triquiñuela de marketing con reminiscencias landistas?
Indudablemente. Porque es innecesario, cualquier aparición
de Juan Vivas va a ser seguida con interés por la ciudadanía
y se va a atender cualquier tema que plantee, con
independencia de si es o no es oportuno en el momento.
De hecho la opinión del Presidente electo es siempre
relevante y se agradece que hable, explique, opine, diserte
o haga chascarrillos sin que le tengan que dar “la entrada”.
Puede entrar cuando le apetezca y siempre será oportuna la
irrupción dialéctica, hable de los sueldos de los políticos,
de los recortes en la Administración o del tiempo que
tendremos en el Estrecho.
¿Por eso el “no obstante, ya que me pregunta ...” sobra
porque si bien se debatió en el Pleno la propuesta de
Carracao siempre es bueno tener una opinión aclaratoria de
la negativa del PP a rebajar o suprimir los sueldos de los
políticos. Razón tiene Juan Vivas cuando, sin nombrarla
expresamente, hace referencia a la estrategia
norteamericana, es decir, que un tipo se convierte en
millonario para “ser político” y gastarse toneladas de
dólares en su propia campaña. Ni un pobre ni un tieso
podrían jamás optar a un escaño en los Estados Unidos ¿Con
qué se iba a costear la campaña? Y es más, los millonarios
que se meten a políticos suelen tener una serie de amistades
y de contactos con sus afines que hace que estos también
contribuyan económicamente, mientras que un pobre suele
carecer de amistades de altísimo standing.
Son maneras distintas de ver la res pública, en España
cualquier ciudadano que milite en un partido y demuestre su
valía puede aspirar a ocupar un cargo, aunque ande más tieso
que la varilla de un cohete, porque nuestro sistema no es
exclusivista y discriminatorio a nivel patrimonial, sino que
brinda iguales oportunidades a todos aquellos que tengan
méritos. Eso es la meritocracia que no resulta nada
elitista, porque las personas más humildes pueden tener
mentes maravillosas que merecen estar en la élite.
Y diré más, en la élite política que no en la económica, ya
que comparativamente cualquier ejecutivo de alto standing de
una buena multinacional triplica el sueldo del Presidente de
esta Ciudad Autónoma y por ahí andan los que ocupan cargos
en los consejos de administración y los buenos profesionales
liberales.
Soy de la opinión de que en Ceuta la clase política recibe
unos emolumentos más bien mezquinos y tras muchas
congelaciones (más bien glaciaciones) de sus salarios
acabaron por recortarlos al tiempo que disminuían los altos
cargos y se recortaba en cargos de confianza. Nada nuevo
bajo el sol va a aportar Juan Vivas al enumerar de corrido
sus políticas de austeridad, porque nos las sabemos al
dedillo, lo que sí es interesante es la tesis de que los
políticos tienen que cobrar por su trabajo, cómo cualquier
otro profesional y cobrar un sueldo digno, que no ni mucho
menos un sueldo millonario.
¿O es que tienen que vivir del aire cómo los camaleones?
Peligrosos eso de vivir en condiciones extremas y del aire,
porque llega la escasez y no hay que olvidar que los
camaleones cambian de color según les convenga.
Aseveraciones sensatas que no necesitaban una pregunta del
tipo de la televisión cómo palanca, bastaba añadir “Y ahora
quiero referirme a otro asunto por si no ha quedado claro” y
exponer el tema sin cortapisas, amparado por el paraguas de
la legitimidad. Así que nada de “no obstante, ya que me
pregunta ...” ni burdas estrategias de marketing ,se dice lo
que se tenga que decirci alto y claro
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