Lamento profundamente reincidir
nuevamente en argumentaciones utilizadas en colaboraciones
pasadas explicativas del triunfo electoral del Partido
Popular en las Elecciones Generales del pasado mes de
noviembre, puntualizando que estos comicios tuvieron que ser
adelantados seis meses por decisión exclusiva del Gobierno
socialista saliente por razones aún desconocidas. Lo que si
conocíamos los ciudadanos era que nuestro país soportaba la
mayor tasa de desempleo de todos los estados miembros de la
Unión Europea y una cifra de déficit público cercana al 6,5%
corregida al alza tras analizar la realidad de las cuentas
públicas.
La llegada del nuevo Ejecutivo significó una profunda
transformación respecto a los planteamientos del equipo
liderado por José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez
Rubalcaba. Ejemplo clarificador de esta afirmación es que en
la actualidad todas las administraciones públicas están
obligadas por Ley a presentar equilibrio estructural en sus
cuentas estableciéndose límites a las deudas que estas
pudieran contraer en cumplimiento estricto del Plan de
Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera
diseñado por los actuales dirigentes. Con esta medida se ha
puesto punto y final al descontrol presupuestario que ha
caracterizado la gestión económica en los últimos años.
A pesar de todo ello, los ciudadanos nos hemos habituados a
las críticas destructivas permanentes vertidas por los
dirigentes socialistas a cada anuncio de nueva medida
correctora, unos dirigentes que hace escasos meses ocupaban
el Gobierno de España. Críticas que argumentan mis
convicciones respecto a que estos dirigentes planificaron
detalladamente una compleja estrategia beneficiosa para
ellos, pero totalmente perjudicial para el resto de
españoles. Una estrategia cuyo objetivo final es recuperar
el Gobierno de España en el menor tiempo posible
desacreditando al mismo tiempo al Partido Popular para lo
cual no dudan incluso en utilizar las instituciones
europeas.
En este punto debo recordar la primera de las numerosas
filtraciones vertidas a las agencias europeas de
comunicación en al que se citaban fuentes de la propia
Comisión Europea en las que se acusaba al Ejecutivo del
Partido Popular de inflar las cifras del déficit público por
motivos electoralistas. Una información argumentada
supuestamente en declaraciones efectuadas por distinto
responsables de la propia Comisión en las que incluso
afirmaban que nuestro país sería sancionado por dicha
irregularidad. Acusaciones desmentidas inmediatamente desde
la misma Comisión a través de su portavoz de Asuntos
Económicos, Amadeu Altafaj.
En definitiva, el partido socialista fue desalojado
democráticamente del Gobierno de España por una ciudadanía
que deposito mayoritariamente su confianza en el Partido
Popular para conducirnos a la senda del crecimiento. Un
nuevo Ejecutivo que ha elaborado y aprobado el mayor número
de reformas de los últimos años, criticadas duramente por
quienes fueron incapaces durante ocho años de solucionar los
problemas que acechaban a la sociedad española. Criticas
vertidas incluso desde el seno de la Comisión Europea donde
existe una amplia representación socialista.
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