De hecho se hubieran agradecido
ruedas de prensa monotemáticas antes que semejante maratón
de informaciones, todas interesantes, todas relevantes y
todas dignas de acaparar su espacio propio. Pero está visto
y comprobado que la política de austeridad impuesta por
Rajoy y cuyo testigo ha sido fielmente recogido por nuestro
Delegado comienza por ahorrar en las facturas de la luz y
termina por ahorrar en tiempo.
¿Para qué hacer cinco convocatorias si se puede decir todo
de corrido y casi sin respirar? Hombre, muchas gracias,
porque bolígrafos y grabadoras echaban humo y en la sala
también humeaban los cerebros sujetos a semejante avalancha
de datos, premisa, asuntos, proyectos y logros. Pura
saturación y la petición conjunta de, tras el resumen, poder
tratar cada asunto por seprado porque da para escribir en
negro sobre blanco y letra redondilla durante varias
semanas.
¿Algo que queda claro? La privilegiada memoria del Delegado
de Gobierno, Francisco Antonio González, que parecía estar
recitando los temas ante un tribunal examinador y sus dotes
de locutor, porque sabe modular, hacer pausas y vocalizar
perfectamente, pero ¡ojo! no he dicho dotes de “orador”
porque la oratoria puede ser tediosa, sino de locutor de
noticias que es un arte más ágil y más movido.
¿El tema estrella en mi modesta opinión? La investigación
que se está llevando a cabo para detectar y detener a
quienes han hecho del tráfico de extranjeras parturientas un
buen negocio. Aunque discrepo en lo referente a que las
extranjeras que vienen voluntariamente a parir a Ceuta sean
“víctimas”, de hecho lo serían si las trajeran a la fuerza,
pero en este caso son mujeres extranjeras que sabiendo que
cometen un fraude y que están jugando con unos gastos que
salen del sudor de la frente de los españoles, maquinan
venir a esta ciudad y dan todos los pasos necesarios para
dar a luz en nuestro hospital universitario, gratis total,
con el fin de posteriormente inscribir al nacido en el
Registro Civil para aspirar a unos derechos que no le
corresponden.
Sería muy interesante tener en cuenta la leyenda urbana que
señala la necesidad de comparar de manera rigurosa el número
de extranjeros, hijos de extranjeros, nacidos en el Hospital
Universitario de Ceuta, con el número de extranjeros, hijos
de extranjeros, que se inscriben en el Registro Civil de
Ceuta y que se comenta en los mentideros que resultan de
cifra muy superior a los que están inscritos en el citado
registro hospitalario.
Es decir que si en el Registro, un poner, hay 150
extranjeros inscritos, en el registro del hospital aparecen
tan sólo 100. ¿Y donde puede haber nacido el resto? ¿Será
cierta la fábula de certificados de nacimiento en blanco?
¿Hay que dar pábulo a los rumores que insisten en que la
Policía debería comprobar el número de extranjeras que
entran a parir coincidiendo con tal o cual guardia de tal o
cual profesional?.
Y el Delegado repitió incesantemente la palabra “fraude” y
recordó el crecimiento espectacular de Marruecos hasta el
punto de que ya no cuela más “buenismo de pacotilla”, sino
hablar de quienes piensan equivocadamente que la ciudad de
Ceuta es un inmenso merengue que está ahí para comérselo a
dentelladas, el problema es que para hacer el merengue han
sido necesarios muchos sacrificios de los contribuyentes y
esos no quieren que les coman, ni que les defrauden.
Mayormente porque los españoles no estamos actualmente para
dar sino para que nos den. Y si hay que movilizar a 100
inspectores anti-fraude que lo hagan.
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