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OPINIÓN - LUNES, 25 DE JUNIO DE 2012

 
OPINIÓN / NATUROPATIA

El ácido úrico o hiperuricemia

Por José Manuel Santiago Toscano


El ácido úrico o hiperuricemia empeora mucho nuestra calidad de vida y es por eso que cada vez hay más personas que optan por los remedios naturales.

El ácido úrico es un compuesto químico producto final del metabolismo de las purinas y los ácidos nucleicos. Circula por la sangre, en parte de forma libre y en parte combinado con las proteínas del plasma. Se elimina a través de la filtración del riñón a razón de unos 700 mg. diarios que pueden variar considerablemente dependiendo de la dieta.

Algunos metabolismos poco eficientes incrementan la formación de este ácido úrico, aumentando por consiguiente su concentración en sangre, con el peligro de que se precipiten hacia los tejidos en forma de cristales de urato, lo que sucede cuando rebasa su límite. Esta situación recibe el nombre de Hiperuricemia.

Se producen entonces diversas manifestaciones patológicas como la gota articular aguda, la calculosis renal, la artritis y el reumatismo. Estadísticamente la gota la sufren, en un 95% de los casos, varones de entre 30 y 50 años de edad, mientras que la artritis y las poliartritis son más comunes entre las mujeres. El síndrome del ácido úrico es un síndrome tóxico gravísimo que si no se corrige puede llevar a la muerte.

Hábitos contra el ácido úrico o hiperuricemia

Las causas del ácido úrico o hiperuricemiase encuentran, en gran parte, en el estilo de vida (comer y beber en exceso) y una inclinación hacia el sedentarismo.

El objetivo del tratamiento natural es ayudar al riñón en su función excretora y reorganizar la dieta alimenticia del individuo enfermo. Se debe además evitar el estreñimiento.

Lo ideal sería empezar con un ayuno o semi-ayuno de 1 semana a base de agua o zumos de frutas diluidos en agua (manzana, limón, naranja, zanahoria) Mucha atención en la entrada/salida del ayuno, que deberá ser paulatino. Se continuará con una dieta cruda, sin grasas de 15 días, tengan en cuenta que se trata de disolver los cristales de ácido que se depositan, y eso lleva un tiempo.

Finalmente, conviene aprender del aviso que nos ha dado el cuerpo y cambiar los hábitos que nos llevaron a esa situación, adquiriendo una alimentación vegetariana, rica en verduras, legumbres, frutas, algas, cereales integrales y algo de pescado no graso (una o dos veces por semana), intentando reducir al máximo la carne, las grasas, el alcohol y el tabaco.

Atención, aunque en la mayoría de los casos la soja es excelente, para el ácido úrico no lo es, no abusar de los productos derivados de la soja (leche, tofu, etc.)

Las estrellas de nuestra alimentación deben ser los puerros, cocidos y crudos, el zumo de naranja, limón, zanahoria, la manzana y, como siempre en problemas circulatorios, el maravilloso ajo.

Tratamientos tradicionales

• Para los dolores articulares causados por la gota (exceso de acumulación de ácido úrico en el cuerpo) nada mejor que utilizar al geranio. Las hojas de esta planta tienen una gran cualidad para hacer que las zonas afectadas por el ácido úrico no duelan tanto. Simplemente machaca las hojas en un mortero hasta que queden hechas una pasta. Luego colócalas en las articulaciones doloridas, cubre con un papel plástico tipo film y, posteriormente, con una venda, para que la preparación quede bien rodeada y tenga mayor incidencia en la parte dolorida. Duerme de esta manera, retirándolo al día siguiente.

• Una de las maneras más habituales de combatir el exceso de ácido úrico es consumir agua de manzanas. Esta fruta es buenísima para este fin. Sólo tendrás que hervir tres manzanas troceadas en un litro y medio de agua, durante media hora. Algo así como preparar una compota. Luego la bebes, previo filtrado, a lo largo de todo el día.

• También el zumo de limón suele ser muy bueno para eliminar el exceso de ácido úrico. Lo ideal es hacer una especie de “cura del limón”, en donde exprimirás cada mañana el zumo de una unidad y te lo beberás durante tres semanas y en ayunas. Se recomienda beber los sorbos lentamente y envolviéndolos en saliva para que pueda ser asimilado más fácilmente.

Fitoterapia

En la fitoterapia hay una serie de plantas medicinales que podemos usar en caso de ácido úrico o hiperuricemia.

• Para la función renal: Cola de caballo, Ortiga verde, rabos de Cereza, Brezo, Gayuba, Reina de los prados y Ulmaria.

• Para el estreñimiento: semillas de lino, Agar-agar, Sen, Frángula, Cáscara sagrada, etc.

Oligoterapia para el ácido úrico o hiperuricemia

Manganeso-Cobalto (solo funciona en las primeras fases de la enfermedad) Una dosis 2 - 3 veces a la semana, asociando el tratamiento con una alimentación adecuada.

Hidroterapia para el ácido úrico o hiperuricemia

• Baños: de vapor, sauna. Alternar frío/calor.

• Frotaciones matinales: con agua fría por todo el cuerpo.

• Andar descalzo: sobre la hierba.

• Tomar el sol: una medicina casi olvidada.

• Cataplasma sobre los riñones: de arcilla templada.

• Aplicación sobre riñones: 4 ó 5 hojas de col (preferentemente roja) hervidas durante 5 minutos.

• Baños locales: un puñado grande de Tomillo hervido durante 1 minuto en un litro de agua. La duración del baño será de 15 minutos, más o menos.

• Emplastos de arcilla fría: aplicados sobre las zonas del dolor. Dejarlos al menos 2 ó 3 horas. Si es necesario repetir la aplicación.

Interpretación emocional del ácido úrico o hiperuricemia

Si repasamos con atención los compuestos químicos que al unirse producen ácido úrico, vemos que se trata de dos elementos claves en la construcción corporal, los ácidos nucleicos, “chicos con carácter”, y las proteínas, “tipos duros”. ¡Uno pone las ideas y el otro pone los ladrillos!

Visto lo visto es indudable que estamos hablando de los jefes, y ya se sabe lo que pasa con ellos, suelen ser impacientes, intransigentes e inflexibles. Así que, cuando el trabajo se acumula (ácido úrico) y la plantilla es insuficiente (riñón), el atasco está servido.

Es entonces cuando el sistema exclama ¡Sálvese quien pueda!, mientras se deshace corriendo de lo sobrante y lo esconde, como quien dice, bajo la alfombra, que no es más que el órgano o espacio de sombra más resonante del enfermo en cuestión.

Así que, para empezar, nos encontramos ante alguien que tiene que pararse. Su movilidad se reduce siguiendo los dictados de su dolor. Quizás la gota le retenga largo tiempo sentado, o la artritis le agarrote el dedo que tan bien usaba para apuntar desafiante a otro, o quizá el reumatismo le obligue a inclinarse ante los demás como nunca hizo.

Sea lo que sea, es evidente que su “postura” ha cambiado. Cuando hablamos de la postura de una postura, no queda claro si nos referimos a lo corporal o a lo moral. De todas formas, esa ambivalencia semántica no da lugar a confusión, puesto que la postura exterior es reflejo de la interior, y afecta a las dos por igual, el hecho es que ese daño corporal, tiene un largo recorrido en nuestra moral, he aquí la clave de la cuestión.

La lección que nos aporta la Hiperuricemia (ácido úrico) la extraemos del hecho de que es una consecuencia de nuestros excesos, y que no es difícil de tratar, pero, a la larga, nos puede destrozar nuestra calidad de vida, ya que su manifestación es paulatina, y a veces, cuando nos duelen las articulaciones, no es consecuencia de los años, sino del montón de “residuos” acumulados en nuestras articulaciones.

Mi consejo es evitar verse obligado a adquirir hábitos sedentarios como consecuencia de la acumulación de ácido úrico, parece poco inteligente. Saludos y hasta la semana que viene.
 

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