Dos primeros festejos del abono de la feria de Algeciras
En la pasada semana se celebró, como bien conocen los
lectores de El Pueblo, la Feria Real y Taurina de Algeciras.
El miércoles 20 con novillos pertenecientes a la ganadería
de ‘Miguelín’ bien presentados, dando un buen juego en
líneas generales pero muy justos de fuerzas, se inició el
ciclo, con menos de media plaza de público en los tendidos,
haciendo el paseíllo los novilleros José Monje, que cortó la
única oreja. Y tanto Sanlúcar como Antonio Santana se fueron
de vacío.
Salvador Barberán toma la alternativa
El novillero algecireño el jueves 21 en la plaza ‘Las
Palomas’ de Algeciras, cumplió el sueño de ser matador de
toros. El festejo fue presidido por Francisco Ortiz, siendo
asesorado en asuntos taurinos por Carlos Álvarez,
registrando la plaza un cuarto de público en los tendidos.
Actuó como padrino Salvador Vega y testigo David Galván.
Ganadería
Se lidiaron reses de Fuente Ymbro, propiedad de Ricardo
Gallardo, debutando en ‘Las Palomas’, bien presentadas,
dando un buen juego el primero pero sobre todo el segundo y
tercero, pero que no se confunda nadie, porque no eran
claros en la embestida y estaban midiendo a los toreros lo
mismo que los sastres a los soldados para hacerles un traje
de campaña. Los tres últimos del festejo muy descastados con
mucho peligro, no servían ni para pinchitos morunos de
ferias, porque llevaban en sus entrañas genio con malas
sañas en vez de bravura y casta de la buena, poniendo en
grave peligro la integridad física de los espadas sobre todo
el cuarto y quito, hasta el punto, que el cuarto cogió a
Salvador Vega tan feamente que se mascó la tragedia al caer
al albero doblándose la nunca. Pero el pundonor,
profesionalidad, buena preparación y hombría del maestro
Vega hizo que siguiera delante del de Fuente Ymbro a pesar
de que cojeaba y llevaba encima un gran palizón. En fin,
unos regalitos para remitírselos por transporte urgente al
ganadero para que se los coma con papas aliñadas.
Espadas
Salvador Barberán
A su primero, el toro de su alternativa, un negro mulato
bragao número 35 de nombre ‘Hechizo’ de 478 kilogramos, que
salió suelto, intentó torearlo con el capote pero no
colaboró. Lo puso al caballo y le dieron un puyazo. Salvador
Vega le hizo un quite a pies junto muy ajustado rematando.
En banderillas lidió muy bien Juan Miguel Montoya y Víctor
Nieto colocó en lo alto los garapullos recibiendo una gran
ovación del respetable teniendo que saludar desmonterado. A
las 19,49 horas por el reloj de la plaza comenzó la
ceremonia de su alternativa de manos de Vega estando
presente como testigo Galván. Posteriormente Barberán sacó
al tercio a su padre brindándosela fundiéndose en un sentido
abrazo. La faena de muleta la desarrolló sobre la mano
derecha sacando algunos muletazos y remates de calidad.
Finiquitó al toro al tercer intento de una estocada.
Recibiendo una gran ovación del público.
A su segundo marcado con el número 114 de 535 kilogramos de
nombre ‘Agualimpia’, lo intentó tanto con el capote como con
la muleta pero el toro era uno de los regalitos de Fuente
Ymbro. Y tras estoquearlo fue silenciada su labor
Salvador Vega
Que vestía de color achampanao y oro, a su primero lidiado
en segundo lugar marcado con el número 65 de nombre
‘Espléndido’, un negro mulato listón de 489 kilogramos, lo
toreó a la verónica bajándole las manos rematando con media
recibiendo una gran ovación. En banderillas lidió bien
Miguel Ángel Sánchez. Al inicio de la faena de muleta hubo
devolución de trastos de la ceremonia de la alternativa.
Para posteriormente brindarle la faena al público. Vega
compuso una cátedra de toreo de grandes kilates con pases de
todos los estilos para enmarcar. Estuvo enorme en torero con
mucho oficio y cuajado. Al que las empresas le deben prestar
más atención porque se encuentra en un momento excepcional.
Tras una gran estocada le fueron concedidas dos orejas de
mucho peso.
Con su segundo lidiado en cuarto lugar número 43 de nombre
‘Leyenda’ de 521 kilogramos, negro y algo listón, lo recibió
con verónicas flexionando las rodillas en cada lance
rematando con una muy artística revolera. Lo puso al caballo
y el toro era menos claro que el agua turbia de las
cañerías, pegando arreones de mansedumbre peligrosa. La
faena de muleta se la brindó al novillero Hugo Iglesias que
se encontraba en el tendido del siete. Y nada más ponerse
delante el toro empezó a cabecear y a rebrincar en cada
muletazo midiendo a Vega con unos parones y miradas peor que
la Gestapo, hasta el punto, que lo cogió traicioneramente y
a punto estuvo de mandarlo para la enfermería. Continuó Vega
jugándose la vida y tras estoquearlo el público le tributó
una gran ovación que recibió desde el tercio.
David Galván. Que vestía de blanco y oro debutando en ‘Las
Palomas’ como matador de toros, al haber tomado la
alternativa recientemente. A su primero lidiado en tercer
lugar un castaño de 492 kilogramos de nombre ‘Iluminado’,
marcado con el número 136. Le enjaretó tres verónicas de
salida y remate soltando el capote de una mano. El toro se
enceló con el caballo y a punto estuvo de descabalgar al
varilarguero. Cuando Galván estaba solicitando el cambio a
punto estuvo el toro de cogerlo salvándose de milagro. La
faena de muleta se la brindó al público y ofreció una
sinfonía de excelente torero de arte, quietud y temple por
ambos pitones, sobre todo, por naturales de mucho calado.
Terminó con manoletinas dándole los pechos al toro
exponiendo una barbaridad. Lo finiquitó de una estocada,
siéndole concedida una oreja, denegándole el presidente la
segunda a pesar de la fuerte petición del respetable.
A su segundo lidiado en quinto lugar de nombre ‘Sacacuartos’
de 486 kilogramos marcado con el número 74, lo intentó con
el capote pero el toro no colaboró nada. En la faena de
muleta se la jugó porque el toro era otro marrajo con mucha
mala sangre. Pero estuvo valiente y no se arrugó. Tras una
estocada y descabello recibió en el tercio una gran ovación
del público. Lástima se podía haber marchado de ‘Las
Palomas’ a hombros junto a Vega, pero hubo quienes no se
percataron del peligro que escondían los toros.
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