Como ya escribí hace unos días, el
pasado jueves 21 debía presentar en Nador, en el marco de la
Primera Edición del Ciclo de Cine “La Memoria Común”
(homenaje a Juan Goytisolo y Mohamed Neshmeshch), organizado
por el Centro de la Memoria Común para la Democracia y la
Paz, dirigido por mi amigo el profesor Abdeslam Boutayeb,
una comunicación sobre el escabroso asunto de los gases
tóxicos utilizados por el ejército español en la segunda
parte de la Guerra del Rif. Finalmente y aduciendo problemas
de tiempo, la mesa redonda y el consiguiente debate previsto
para las 12 de la mañana, tras la proyección de las
películas “Arrhach” (Tarik El Idrissi y Javier Rada) y
“Tahkik” (Mohamed Khatem), coordinada por la investigadora
Sandra Rojo, no pudo celebrarse, sirviendo éstos apuntes
escritos en dos horas a uña de caballo y repartidos a parte
de los presentes como resumen de la misma. Sin ánimo
“justificativo” pero sí “explicativo”, pretendo
sencillamente contextualizar el marco en el que se
desarrolló éste operativo.
La sinopsis con la que el Centro de la Memoria Común para la
Democracia y la Paz presenta las citadas películas, copio
del programa, en apariencia es muy claro para legos: “Entre
1923 y 1927 el ejército español utilizó de forma masiva gas
mostaza contra población civil durante la guerra del Rif.
España se convirtió en una de las primeras potencias en
utilizar estos métodos de exterminio. Y consiguió que su
crimen permaneciese en un conveniente olvido. El gobierno
español nunca ha admitido tales crímenes. Y las víctimas,
muy ancianas, amenazan con morir sin haber explicado qué
ocurrió durante aquellos años de asfixia y muerte” (sic).
Bien. Si el bombardeo de gases es un hecho incontrovertible,
su uso “masivo” y sobre “población civil” es abiertamente
matizable, así como la última responsabilidad sobre la que
recaerían dichos bombardeos (se habla de que “España debe de
pedir perdón”), junto con la presunta relación entre
bombardeo con gases y tasas de cáncer en la región, que
desde algunos sectores se pretende presentar como una
incontrovertible realidad cuando ningún dato científico
avala esta hipótesis tradicionalmente jaleada por la
Asociación de Víctimas y Gases Tóxicos (AVGT) que ha
generado, obviamente, una gran inquietud por toda la región.
Entiendo e insisto en que no se puede abordar directamente
el problema sin enmarcarlo en su contexto, que de entrada
podríamos resumir doce puntos.
1: la posición de España en el Rif estaba amparada (ley
internacional en mano) por la figura del “Protectorado”, en
la que a diferencia de una colonia al uso se mantenía la
soberanía de la autoridad legítima y legal del país, en este
caso el Reino Xerifiano y la figura del Sultán. Más aun,
nominalmente todas las actuaciones en el Protectorado
(leyes/dahires) y máxime las campañas militares debían estar
refrendadas por la autoridad del Sultán (quien delegaba en
un Jalifa sito en Tetuán) cuyos efectivos militares, las
tropas jalifianas, luchaban al lado de las españolas y en
ningún caso en su contra. 2: desde la entrada oficial de
España en Marruecos (1912), pactada con la máxima autoridad
del país, el ejército asumió el control progresivo del mismo
y la erradicación de las zonas de insurgencia, no solo
contra España sino contra la misma autoridad central del
Sultán, primero en la Yebala (Raissuni) y luego en el Rif (Mohamed
Ben Abdelkrim El Khatabi), en diferentes campañas. 3: la
campaña en el Rif abarcaría desde 1920 a 1927. En el
transcurso de las mismas, entre el 22 de julio y el 9 de
agosto de 1921, tiene lugar la derrota de Annual, la más
importante sin duda sufrida por el ejército español a manos
de las “harkas” rifeñas de Abdelkrim, embrión armado de la
posterior República del Rif, abiertamente secesionista
contra la autoridad del Sultán. Pero en ningún caso tal y
como mantiene la historiografía oficial del país, la derrota
española se debió a un inexistente “ejército marroquí”,
cuyos efectivos oficiales recordemos estaban apoyados por el
ejército español (y francés en su respectiva zona). 4: sin
entrar en más datos, hay uno que nos interesa: de una cifra
de 13.000 soldados españoles muertos en el transcurso de la
batalla de Annual, al menos cinco mil de los mismos fueron
brutalmente asesinados después de obtener el “ammán”
pactando su rendición. No voy a hablar de cómo estos
indefensos soldados fueron degollados cual corderos,
destrozados a gumiazos, clavados al suelo con piquetas,
abiertos en canal como reses en el matadero, quemados vivos,
castrados, violados… ¿Quieren testimonios gráficos, fuentes
orales y escritas…? Hay un montón de ello pero no teman, no
voy a manipularles hasta el vómito. Quédense con la cifra de
los soldados asesinados en este odioso crimen de guerra: 700
en Dar Quebdani, 400 en Zeluán, 70 en Nador, 3000 en Monte
Arruit… 5: mi hipótesis es clara: el mando español tan solo
asumió la utilización de gases tóxicos sobre el Rif después
de la matanza de Annual, en la contraofensiva y no antes.
Hay una directa relación causa-efecto. Lo dejo ahí, yo no
soy juez. Pero históricamente entiendo que el asunto debe
contextualizarse para poder abordarlo seriamente. Lo
contrario es pura demagogia, intoxicación histórica y burda
manipulación política. 6: ¿fueron estos bombardeos
masivos... En absoluto: no pudieron ser masivos,
sencillamente, porque no había tecnología (cañones de 155 mm
y aviación) en cantidad necesaria y suficientemente equipada
para ello. ¡Las mismas bombas se arrojaban a mano desde los
aviones!. 7: ¿se hicieron fundamentalmente sobre población
civil….? En líneas generales no y en cuanto a la muerte de
mujeres y niños civiles debe matizarse: las mujeres rifeñas
remataron a los heridos con saña y en cuanto a los niños,
perdone el lector pero un menor con arma es un combatiente.
Por lo demás y en la cultura islámica tradicional en el Rif
(no en la mía), con la primera menstruación una niña ya es
adulta y en cuanto a los niños me parece que no hace falta
escribir cuando salen de la pubertad (ceremonia de la
circuncisión a un lado). Por lo demás y en un ejemplo de los
llamados “daños colaterales”, estaría no solo la población
civil sino las tropas propias (“fuego amigo”), que según
fuentes españolas podrían haber sufrido “casi tantas bajas”
por iperita como los propios rifeños. Otro dato que avalaría
el uso no masivo de los gases. 8: ¿hay una relación directa
entre cáncer y bombardeo de gases tóxicos…? En absoluto. Es
cierto que el 50% de la población enferma de cáncer procede
de la región del Rif, infiriendo la AVGT tras ello que esto
dato “avalaría” la relación directa bombardeo de gas-cáncer.
Veamos algunos datos: más gases que se utilizaron a finales
de la I Guerra Mundial en Europa (Iprés, 1917) y, sin
embargo, las tasas de cáncer en la población europea de la
zona afectada entran dentro de la normalidad. ¿Acaso la
genética de los rifeños es diferente?. Por lo demás, buena
parte de la población con cáncer del norte procede de los
alrededores de Nador y Ujda, zonas que no fueron
bombardeadas… Recientemente y en España, el doctor Antonio
Escolar ha publicado un libro sobre “Mortalidad y cáncer en
el Campo de Gibraltar”, pues la zona de Cádiz a Málaga
(próxima geográficamente al Rif) concentra la mayor
proporción de cáncer de toda España. 9: entonces, ¿de dónde
podría proceder las altas tasas de cáncer en el norte de
Marruecos?. Avancemos dos hipótesis de trabajo. A) La
primera afectaría también a la zona del Estrecho y litoral
mediterráneo andaluz: el ejército francés experimentó hace
años con explosiones nucleares en superficie en la zona del
desierto de Argelia, debajo de Figuig…
El papel de los vientos o una eventual lluvia, podría haber
transportado isótopos radiactivos al norte de Marruecos y
litoral andaluz. B) Hay otro producto altamente cancerígeno
y que se utilizó con profusión sobre el Rif en enero de
1959, el napalm. Incluso la aviación de una potencia
extranjera (que llegó a desembarcar unidades paracaidistas
en Alhucemas) regó con napalm el centro de la región… Pero
eso es ya otra historia. Algunas asociaciones
reivindicativas deberían ser más prudente e investigarlo
todo, antes de propagar libelos e infundios. 10: por cierto,
¿tuvo la República del Rif intención de utilizar también
gases tóxicos?. Así parece. Por ejemplo, en abril de 1923 el
hermano de Abdelkrim pactó la adquisición de “50 bombas de
gas”, compra que finalmente y pese al desembolso efectuado
no llegó a buen término, como tampoco la compra de cuatro
aviones Potez 15 de los que tan solo uno llegó a aterrizar
en el Rif. 11: entonces, ¿la responsabilidad de los gases
tóxicos en la guerra del Rif es de España… A mi juicio y
jurídicamente hablando, la responsabilidad española es
subsidiaria pues la campaña militar se hacía en nombre de la
autoridad legal y legítima del Reino de Marruecos. Por
elevación y sensu estricto, el último responsable de lo
sucedido sería el Sultán Mulay Yusef. 12: de lo anterior,
puede entenderse la negativa expresa de Rabat a que este
proceso de la “responsabilidad por los gases” siga adelante,
pues son muy conscientes de sus consecuencias. Así, ya en el
verano de 2001 y el 25 de enero de 2002 en Alhucemas (y en
alguna otra ocasión), las autoridades marroquíes prohibieron
expresamente la celebración de una conferencia sobre éste
asunto. Visto.
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