Creo haberlo contado ya en otras
ocasiones. Pero hay hechos que merecen el homenaje de la
insistencia. Como es el que voy a recordar y que viene que
ni pintiparado para que ustedes comprendan por qué existe
sumo interés en que descienda de categoría, y si es posible
que desaparezca, la Asociación Deportiva Ceuta.
Hace ya bastantes años, gracias a Juan Vega, que
entonces era contratista de obras, se hicieron campos de
fútbol en lo que ahora se conoce como Parque Juan Carlos I.
Con la idea de que los niños de Ceuta, todos en general,
jugaran bajo las directrices de personas capacitadas para
enseñar.
Todo comenzó con escasos recursos en todos los sentidos,
como no podía ser de otra manera; pero quien escribe vivía
entusiasmado con un proyecto que podría desembocar en una
estupenda escuela de fútbol. Un día, tras comprobar que me
estaban dando largas en mis peticiones, como director de la
cosa y además supervisor del entonces IMD, me presenté ante
el funcionario que estaba al frente del asunto y le pedí
explicaciones.
El funcionario, que manejaba ya todos los proyectos a su
antojo, me respondió que la Escuela de Fútbol no tenía ya
futuro y me recomendó que me olvidara del asunto y que
siguiera cobrando aunque tuviera que figurar como monitor de
baloncesto. Ni que decir tiene que puse el grito en el
cielo, amén de preguntarle por el motivo de semejante
decisión.
La respuesta no se hizo esperar: “Juan Luis Aróstegui
y el editor de El Faro están a punto de formar parte del
Gobierno y me consta que no ven con buenos ojos lo de la
Escuela de Fútbol. Y, como tú comprenderás, Manolo,
uno debe mirar por su puesto de trabajo. Y hay más: en esos
terrenos se va a construir el Parque Marítimo del
Mediterráneo”.
Una explicación absurda. Pues basta mirar el espacio que
ocupa la gran piscina y en qué lugar se encuentran situados
los espacios futbolísticos que ahora están pavimentados. Y,
además, abogué por usar los terrenos mientras no
principiaban las obras que le darían vida a la obra pensada
por César Manrique. Es decir, que contábamos con
muchos meses hasta hallar otro sitio adecuado.
El final fue que yo me presenté ante Fructuoso Miaja,
que era el alcalde que contaba con los ‘mejores’
asesoramientos por parte del funcionario Vivas, para
decirle que renunciaba a mi puesto en el IMD. De semejante
decisión, Vivas ha dicho siempre que nunca antes había
presenciado ninguna igual.
Ahora, cuando el portavoz del Gobierno habla a cada paso de
que el futuro de la ciudad está en el fútbol base y que será
la Federación de Fútbol de Ceuta la que reciba las
subvenciones a costa de negárselas al primer equipo de la
ciudad, debería decirles a los aficionados, lo mismo que me
dijo a mí Vivas, en su día: Aróstegui y el editor de El Faro
están presionando al Gobierno para que descienda de
categoría, y si es posible que desaparezca, la AD Ceuta.
Por consiguiente, mucho me temo que ni siquiera las más de
cinco mil firmas recogidas, pidiendo a gritos que se salve
al primer equipo de la ciudad, harán posible que la primera
autoridad de la tierra cambie de parecer. Ya que pocas veces
fue capaz de contrariar a las personas citadas. ¿Por qué…,
dice usted? Lo siento: la explicación es secreto del
sumario. Ah, deseo equivocarme.
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