Vecinos de las calles Independencia y Jáudenes mostraron
ayer su malestar por los trabajos realizados por parte de la
empresa Urbaser. Y es que, sobre las 12.30 horas, se comenzó
a vertir en bolardos y esquinas de edificios un fuerte
desinfectante que provocaba un “olor insoportable”. “Las
horas para echarlo no son las correctas, para eso está la
noche”, comentaban. Incluso otros residentes afirmaba que,
después de haber echado el producto, no se baldeó la calle,
como pudo comprobar este diario minutos después. “Es una
vergüenza”, resaltaban.
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